La música en su más pura concepción de espectáculo directo y cercano tiene nombre propio de artista valenciano de 23 años: Borja Catanesi. Tras mucho rodar por un buen número de ciudades europeas y nacionales, su disco de debut le confirma como uno de los nombres emergentes en el panorama de la creación guitarrera más abierta y espontánea. ‘Road Echoes’ fue publicado en 2018, pero poco a poco va llegando a medios como el nuestro, en un proceso de difusión lento pero seguro, como la propia carrera del protagonista.

Esta primera grabación del levantino incluye dos muestras de su talento en vivo, con sendas tomas surgidas de la improvisación pura en las rúas de Eindhoven (Holanda) y Valencia. ‘What a day’ cuenta con la ayuda de Thierry Jones y ‘Soul feels’ participa del apoyo de la intérprete femenina Bita, quien también interviene en «Para mí» y «Agua». A ambos compañeros les conoció Borja en su espacio natural de trabajo, cuando ambos se acercaron a curiosear lo que ofrecía este joven talento.

El resto de la banda que le acompañó en el estudio fue la compuesta por Rafael Alcañiz «Clapa» y Paco Muñoz (baterías, aunque el segundo sólo en el último tema), Héctor Galán (teclados) y el saxo tenor y la flauta de Valentín García. El trotamundos logró el apoyo de una larga lista de amigos y conocidos a la hora de financiar su CD de presentación, que es una curiosa muestra de Jazz, Fusión y guitarra, a veces a la manera de todo un Frank Zappa. Hay mucha latinidad y esencia mediterránea en las refrescantes notas de Borja, que por momentos nos ha recordado a los malagueños Tabletom en su vertiente más libre e impredecible.

Así se ve Boja a sí mismo: «Soy músico y viajero. En la guitarra eléctrica encontré el instrumento que me permitió acceder al indescriptible universo de las notas y el fraseo musical. He tocado en varios grupos, junto a buenos músicos que me dieron confianza y experiencia, pero fue el escenario de las calles el que me abrió a otro panorama y a una inagotable fuente de novedad e inspiración. La música tiene una convocatoria difícil de igualar. Tiene, además, la capacidad de crear conexiones y momentos irrepetibles, como he podido comprobar durante los últimos años, en los que he recorrido casi todos los países de centro Europa. Con muy variadas colaboraciones, en muchos casos de espontáneos y casuales espectadores, pude ampliar mi discurso musical, que fluctúa con eclecticismo entre el Blues y el Rock, el Reggae y el Funk».

Fruto de sus aventuras al aire libre y frente a un público casual son dos curiosos galardones: el premio Feeling the Street Competition del año 2015 y, tres años después, su reconocimiento como ganador del Universal Street Games en Estados Unidos.

Leo Cebrián Sanz