La primera vez que se escuchó de forma masiva en España el término «Rock castúo» fue en boca de Roberto Iniesta, líder de Extremoduro. Sin embargo, el origen de la etiqueta data de 1983 y corresponde a una formación que defiende con uñas y dientes esta variante del Rock potente. Su mayor atractivo y gran característica diferenciadora es el uso en sus letras de términos del castúo, un dialecto extremeño.

Se trata del grupo más antiguo de su región, que sólo tuvo un periodo de inactividad entre 1989 y 1999. Son habituales en el circuito de fiestas populares y festivales en Extremadura y la parte más cercana de Andalucía, y aportan todo un referente cultural con su defensa de la cultura autóctona desde su localidad natal, Mérida (Badajoz). Su propio Ayuntamiento les reconoció en 2008 con el escudo de oro de la ciudad.

Bucéfalo se han servido con frecuencia de los poemas de los históricos escritores José María Gabriel y Galán y Luis Chamizo Trigueros para dar visibilidad al castúo, la «palra o jabla» que aún pervive en los entornos más rurales y ancestrales de su comunidad. Este tesón en la valoración de lo local les ha llevado a obtener también el Premio de Honor 2011 en los Premios de la Música Extremeña.

La actualidad del quinteto en 2016 pasa por la difusión de su último CD, titulado «Sin ringá», en una de cuyas canciones ponen música a un autor contemporáneo de castúo: Javier Feijoó. Parece mentira que una banda con semejante trayectoria y veteranía no actúe con regularidad en grandes eventos como el Viñarock o cualquier otro abierto a las músicas vernáculas en clave de Rock.

Foto: Andrés Horrillo, «Tatitotu» (www.iberiametalica.es).