El mánager de gira de Chris Cornell ha dicho que el fallecido cantante de Soundgarden parecía drogado durante su última actuación con este grupo, horas antes de que lo encontraran muerto en un hotel de Chicago.

Ted Keedick ha trabajado con Cornell durante los últimos diez años y ha contado: «Chris parecía estar fuera de sí desde la primera nota del concierto. No lo había visto así nunca, al menos en ocasiones en las que no hubiera que cancelar un concierto. Nunca había escuchado su voz del modo en que la oí esa noche. Estaba teniendo problemas serios para controlarla.»

Keedick, que durante el concierto de Chicago estaba en la mesa de controles del centro de la pista, llamó a mitad del show a compañeros situados tras el escenario para preguntarles qué pasaba con Chris, estaba preocupado con su actitud.

Ha añadido que el cantante parecía estar ‘ido’ y ‘jodido’, pero no deprimido.

  • Te ofrecemos dos vídeos de la última actuación para que saques conclusiones.

El informe de la Policía de Chicago ya ha revelado que Cornell se marchó al hotel quince minutos después de acabado el concierto.

Su guardaespaldas le dio la dosis estipulada de un calmante para la ansiedad que estaba tomando, luego Chris habló por teléfono con su mujer.

Sobre las 00:15 h. Vicky, la esposa, volvió a llamar al guardaespaldas porque se había quedado preocupada ya que había notado a su marido como atontado y con poca soltura al hablar. Éste se dirigió a su habitación y la puerta estaba cerrada. Pidió a los del hotel que le abrieran pero se negaron, ya que él no estaba registrado en ella. Cuando por fin consiguió pasar, se encontró en el baño al famoso músico con sangre en la boca y una banda roja alrededor de su cuello.

El médico del hotel llegó a las 00:56 h., le quitó la banda y comenzó a aplicarle la reanimación cardiopulmonar, pues él ya no respiraba. Luego llegó una ambulancia con otro equipo médico que intentó también reanimarlo sin resultados positivos. A la 1:30 h. Chris Cornell fue declarado muerto.

  • La familia del fallecido sigue pensando que, si es cierto que fue un suicidio, las drogas u otras sustancias habrían hecho tal efecto que Cornell no sería consciente de sus actos.