Madrid– Joy Eslava – 19.11.2017

Sesión matinal en Joy Eslava. Una excusa para llevarse a los chavales al evento o para desperezarse antes de lo habitual y extender el post concierto con el vermut, tapitas o comida al sol madrileño. La ocasión bien lo merecía, asistir al fin de gira de El Kanka, antes de la publicación de nuevo trabajo y disfrutar de este cantautor tan peculiar que se acerca al mundo del rock con sus letras inconformistas, irónicas, rebeldes y con ese poso que le ha dejado su admiración a Robe Iniesta, el líder de Extremoduro. De hecho, arrancó un puñado de ovaciones con la interpretación de «So payaso», acompañado de un ukelele.

El malagueño ofreció dos conciertos en menos de 24 horas y llegó en plena forma a la jornada matutina que despedía el doblete de recitales. Su simpatía y humor formaron un hilo conductor durante las dos horas de una actuación sobria y bien aprovechada. La escenografía fue aderezada con los dibujos instantáneos de la ilustradora Anabel Pek, capaz de resolver cada canción con una nueva lámina. Mientras tanto, Juan Gómez, El Kanka, desperezó al respetable en un recital desnudo con voz y guitarra, salvo honrosas excepciones, como el violín de Manu Clavijo, las voces de Patricia Lázaro o Chiki Lora (Canteca de Macao) o la trompeta de Enriquito. Incluso la bailaora Mariana Collado participó en el evento aportando ese duende tan propio del sur de España.

Aunque El Kanka no pudo reprimir el estreno de alguna novedad que irá incluida en su nuevo trabajo («Triste trofeo» o «Quién me mandaba a mí»), sobre todo destacaron las interpretaciones de canciones del segundo disco, «El día de la suerte de Juan Gómez», bastante apropiadas para un evento acústico. Me encantó «El día de la suerte de Pierre Nodoyuna», una muestra de su talento como compositor, además de sus pinceladas de rebeldía y humor en «No jodan la marrana» y «A desobedecer», el colofón del concierto.

Texto y fotos: Javier del Valle.