Lo han vuelto a hacer. Los chicos de la revista cultural Jot Down vuelven a descolocarnos con otra de sus entrevistas impensables en medios generalistas. Esta vez el desafío ha sido mayor que nunca, por cuanto se trataba de enfrentar a periodista y personaje en las figuras respectivas de Eduardo Madina y Fermín Muguruza. Madina es una de las cabezas visibles del nuevo socialismo español y estuvo a punto de ser candidato por el PSOE a la presidencia del gobierno en las elecciones generales, mientras que Muguruza es pura historia del rock vasco desde sus tiempos de Kortatu, su etapa como Negu Gorriak o la actual carrera en solitario, sostenida desde hace años por un constante afán de experimentación y búsqueda.

El político sufrió un atentado de ETA que casi acaba con su vida (tiene amputada parte de su pierna izquierda como consecuencia del intento de asesinato perpetrado por la banda terrorista), mientras que el músico fue durante largo tiempo el gran emblema de la izquierda abertzale en materia cultural y musical. Han tenido que pasar muchos años y que llegara la ansiada paz para que se produjera un encuentro tan cargado de simbolismo. Las impresionantes fotografías de Humberto Bilbao que ilustran la transcripción de la extensa charla son de una intensidad inmisericorde, toda una declaración de intenciones respecto al poder de la reconciliación y el diálogo.

Si esta mención a «Plaza Roja de Irún. Una conversación con Fermín Muguruza» está en Los Mejores Rock es porque una gran parte de la misma está dedicada en exclusiva a la música y efectúa un amplio recorrido biográfico por el desenvolvimiento artístico de los proyectos en los que ha participado el polémico músico. Madina parece saber de lo que habla y se documenta cual periodista especializado, sin dar su opinión en ningún momento pese a la deriva política de la conversación.

Hay mucho de confesión y terapia en el encuentro, que no dejará indiferente a quien piense que el político socialista está legitimando algunas de las extremas posiciones políticas de su oponente ideológico. Por contra, otros verán en la oportunidad de este café compartido una imagen de esperanza y positividad, de rencor olvidado y reflexiones maduras por parte de quienes sufrieron o participaron en el conflicto vasco.

Leo Cebrián Sanz