Hubo alguna composición más («A tumba abierta», del álbum «Extraños en el Escaparate» -1981-), pero las dos grandes canciones que Jamie Noguerol aportó a la carrera discográfica de Miguel Ríos fueron «Banzai» y «Generación límite». Ambas adquirieron su verdadera trascendencia popular tras su inclusión en «Rock & Ríos», el disco en directo más vendido de la historia del Pop y Rock nacional.

La intrahistoria de cómo llegaron a gestarse ambas letras esconde una trasfondo muy curioso en el caso de «Generación límite». El escritor gallego la concibió para su paisana Luz Casal, pero un extraño desencuentro hizo que la canción fuera «adoptada» por Miguel Ríos. El granadino supo apreciar de inmediato la calidad de una de las más bellas poesías en castellano sobre el final del sueño hippy y la adaptación de la contracultura al futuro incierto en el que aún nos encontramos.

No hay nostalgia gratuita ni sentimentalismo ramplón en esta crónica sobre lo ocurrido a finales de los años 60 y el posterior desencanto y rearme de la década de los 70. Y todo ello, con una certera descripción de cómo se vivió este proceso en la España de la dictadura franquista. Jaime Noguerol escribió un himno estremecedor con un tono literario absolutamente lírico e inspirado.

Pese a la dura descripción, el autor volvía a hacer una reflexión final en su proverbial y positiva invitación a la lucha y el optimismo:; «Saldrás de la generación límite / si encontramos pronto el nuevo sueño».

Por su parte, el tema «Banzai» dio origen a la banda en la que militó Salvador Domínguez, el guitarrista que participó en la grabación en vivo de la canción. Tanto le gustó a «Salva» el título, que un año después bautizaría a su grupo con el mismo nombre. «Banzai» era el grito con el que los aviadores japoneses ejercían su acción suicida sobre los barcos de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

La letra y música ya habían formado parte del ya citado «Extraños en el Escaparate» (1981). Fue su interpretación en directo un año después la que convirtió en himno este lírico llamamiento a la libertad de pensamiento y acción del ser humano. El propio Miguel presentaba con orgullo a los cuatro coautores en el inicio de su interpretación en el Palacio de los Deportes del Real Madrid, donde tuvieron lugar aquellas dos gloriosas jornadas de exaltación del Rock en castellano.

Frente a un mundo lleno de intereses proclives a la manipulación y la esclavitud mental, Noguerol recuerda el poder de la rebelión individual. Al final de su testimonio, el propio Jaime recita un fragmento de la poesía del libro «Extraños en el escaparate», de la que esta canción tomó prestados algunos versos.

El periodista y escritor que mejor ha conectado la literatura con el Rock también quiso recordar cuál fue su mayor «error» como autor de letras para artistas y grupos de este estilo musical. Una falta de acierto por omisión, que no por desarrollo o culminación de una idea.

Y es que Noguerol pudo haber escrito la letra de «Bienvenidos», el tema que abrió el doble disco en directo «Rock & Ríos». No fue así por cuanto Jaime consideró pueril el concepto del recibimiento al público por parte del cantante, lo que le llevó a desechar la posibilidad de desarrollar la idea. Sin embargo, la canción se convirtió enseguida en uno de los grandes clásicos del Pop-Rock español, una jugada del destino que motiva al escritor a reflexionar con sentido del humor sobre el tren de las oportunidades perdidas.

La próxima y última entrega de esta serie sobre uno de los creadores artísticos más inclasificables y geniales de la transición española culminará dentro de unas semanas con un amplio reportaje documental sobre su propio álbum conceptual: «Nueva Pulsación», que Discos Victoria editó en 1984.

Leo Cebrián Sanz