Son muy pocas las ocasiones en que el mundo del teatro y el rock confluyen, más allá de la representación de los grandes musicales que tanto gustan al público mayoritario. La dramaturgia no suele encontrar argumentos para desarrollar sus libretos, pero en las últimas semanas se ha estrenado una obra que sí se inspira en parte en sucesos de nuestra particular vivencia madrileña del género.

Se trata de «Historias de Usera», coescrita por Alfredo Sanzol, Miguel del Arco, Denise Despeyroux, Alberto Olmos y Alberto Sánchez-Cabezudo. La iniciativa partió de un esfuerzo colectivo por recuperar las pequeñas y grandes anécdotas y peripecias de este distrito del sur de la capital, que primero fue una aplicación para móviles en la que se narraban estas aventuras y desventuras y más adelante se ha convertido en toda una excusa para llevar a las salas teatrales esta experiencia única en la que conviven actores profesionales con  vecinos anónimos del barrio.

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Por la parte que nos toca, uno de los protagonistas es un joven rockero que asistió al concierto de Lou Reed en el campo del Moscardó en 1980. Miguel del Arco es el autor del segmento titulado «El lado salvaje», en el que se relata lo sucedido tras los primeros y únicos veinte minutos de actuación del músico norteamericano. El ambiente estaba tan cargado que la repentina «espantada» del intérprete de ‘Walk on the wild side’ derivó en la invasión violenta del escenario y la apropiación espontánea de todo cuanto de valor hubiera sobre las tablas.

Hemos escuchado tantas veces y en versiones tan distintas esta «batallita», que nos apetece mucho verla representada en un entorno como el de las Naves del Español. La Sala Fernando Arrabal acoge «Historias de Usera», en Madrid capital -y por cierto, a escasos metros de la propia Usera-, desde el 4 de octubre hasta el próximo 6 de noviembre.

Leo Cebrián Sanz