De acuerdo, no era Classius Clay ni tampoco Leonard Cohen, pero la noticia del fallecimiento del boxeador Perico Fernández nos ha tocado un poquito el alma. A mediados de la década de los 70, este deportista aragonés se convirtió en un icono de la cultura popular española, por mor de su condición de campeón del mundo del peso superligero en su versión World Boxing Council. Aquellos años transcurridos entre 1973 y 1976 le bastaron para conseguir sucesivas coronas nacionales y europeas, hasta que una fracasada revancha le abocó a la retirada de los cuadriláteros.

Más allá de su palmarés dentro del mundo del ring, Perico Fernández fue todo un hombre del espectáculo mediático, cuando éste ni siquiera había comenzado su posterior desarrollo. Sus entrevistas en una Televisión Española que aún se veía mayoritariamente en blanco y negro le hicieron muy célebre en todo el país.

Pese a una vida nada fácil desde su infancia, el boxeador era un torrente de energía y positividad. Perico era un tipo castigado literalmente por los golpes del boxeo, y fruto de ello era su característico tartamudeo. Su amigo el periodista José María García ejerció sobre él un cierto mecenazgo, pero no pudo impedir que el púgil de Zaragoza dilapidase el dinero ganado y terminara como «juguete roto» del deporte tardofranquista.

Lo último que supimos de él fue con motivo de su presencia en uno de esos programas de prensa rosa que tanto disfrutan destrozando a los ídolos del pueblo soberano. Perico aguantó esta pelea con su desparpajo habitual, dejando claro que con él no podían ni los carroñeros del sensacionalismo mediático.

En la cúspide de su carrera, la celebridad de Perico Fernández llegó a tal extremo que incluso en 1974 grabó un single con dos canciones para la compañía Ariola: «Fuera de control» y «No sé vivir sin ti», la primera escrita por Amado Jaén y la segunda adaptada por este mismo compositor sobre un original del francés Daniel Vangarde.

Muchos años después el grupo madrileño The Pleasure Fuckers hizo una versión de «Fuera de control» para uno de sus sencillos. Este registro sirvió de inspiración a su vez para la adaptación que del «micro-exito» del boxeador hicieron sus compañeros garajeros argentinos de Star Losers. En un día luctuoso como el de hoy, valga un emotivo recuerdo para que la figura del irrepetible Perico reciba el reconocimiento del mundo del rock.

Leo Cebrián Sanz