El día 23 de junio, cuatro horas antes de que empezase el concierto, ya había fanáticos bajo el fuerte calor de verano, en espera de la gran actuación que tendría lugar en el ciclo de conciertos Noches del Botánico. Españoles e ingleses, jóvenes y “puretas” comentaban todos con emoción el valor que tenía este grupo y recordaban experiencias pasadas. Una vez marcadas las 22:15 Kraftwerk hizo una épica entrada con el tema ‘Numbers/Computer World’, presentando así por primera vez en España su álbum en directo ‘3-D The Catalogue’.

Ralf Hütter, Fritz Hilbert, Henning Schmitz y Falk Grieffenhagen, vestidos con trajes de neopreno, se situaron de forma robótica en el escenario sin articular una sola palabra o sonreír al público. Mientras tanto, la heterogénea audiencia recibía eufóricamente un espectáculo en el que la progresiva aparición de luces e imágenes coincidía con el desarrollo de la música. Pero, ¿por qué Kraftwerk, un grupo de los años 70, puede despertar tanto interés? ¿A qué se podría deber la importancia que tiene esta banda aparentemente anclada en el pasado?

Desde mediados del siglo XX, la tecnología se ha ido apoderando de gran parte de los ámbitos de la vida humana. En la música, esta tendencia comenzó cuando compositores como Stockhausen o John Cage decidieron incorporar sonidos electrónicos a la música clásica. No obstante, fue Kraftwerk el grupo que se atrevió a utilizar estos sonidos de forma exclusiva y revolucionaria, y de adaptarlos a la música Pop.

A diferencia de bandas contemporáneas a ellos, sus principales influencias fueron vanguardias como el constructivismo ruso y el futurismo. Como explica Ralf Hütter, sus sencillas letras, más allá de su aparente deshumanización, tratan de emociones de la vida moderna. En ‘Computer love’, una persona solitaria acude a la tecnología en busca de una rendez-vous. ¿Suena familiar?

El ritmo marcado y repetitivo de los sintetizadores, y las calculadas melodías de Kraftwerk influyeron en un sinfín de géneros como el Synth Pop, la música industrial y hasta el Hip Hop.  Afrika Bambaataa -el abuelo del Hip Hop-, New Order, Gary Numan, The Human League, Devo, Xeno & Oaklander, Front 242, Ministry, Daft Punk, Nine Inch Nails, Pink Floyd e incluso el mítico David Bowie tienen en su música -en mayor o menor medida- un aire a Kraftwerk. ‘V-2 Schneider’ del muy conocido álbum ‘Heroes’, de Bowie, es un tributo a Florian Schneider, uno de los fundadores de Kraftwerk.

El grupo de man-machines que se presentó el sábado pasado era nada más y nada menos que el padre de la música alternativa y Pop de hoy en día. La canción ‘Space Lab’ hacía recordar escenas de la película de Kubrick ‘2001: A Space Odyssey’, que sigue la misma línea vanguardista y fantasiosa. Incluso me atrevería a comentar que, poco antes del inicio del concierto con ‘Numbers’, se estaban reproduciendo sonidos de sintetizadores similares a los que se escuchan en los primeros minutos sin imagen de la película.

Este nuevo remake ‘3-D The Catalogue’ efectúa cambios en los temas originales y los adapta ligeramente a la música electrónica actual. Fue lanzado en 2017 con la nueva tecnología Headphone Surround 3D y nominado a dos premios Grammy -mejor álbum de dance/electrónica y mejor álbum de sonido envolvente-, de los que ganó el primero.

Resulta curioso cómo la banda Kraftwerk, a pesar de haber utilizado como tema la tecnología que en su mayoría era coetánea de la época de los artistas, está dotada de un simbolismo atemporal que perpetúa su imagen como visionaria del futuro. Pero esa es la fuerza de los pioneros, que con una propuesta son capaces de moldear generaciones y redireccionar el futuro.

Alma Fuenmayor Casal