Con frecuencia nos preguntamos qué habrá sido de ciertos músicos que en su día nos gustaron o interesaron por tal o cual motivo. El paso del tiempo deja en el olvido a muchos de quienes aportaron su talento al desarrollo de la música Rock en España, por lo que nunca está de más reconocer sus méritos y reivindicar su legado. Con esta intención surge hoy esta nueva sección de LosMejoresRock.com, en la que de manera ocasional rescataremos a figuras más o menos destacadas de nuestra escena musical.

La primera en inaugurar esta galería de artistas y grupos a recordar es Yoly Aragón Martínez, la cantante original del grupo granadino Caín. Su primera etapa como vocalista y compositora fue la vivida junto a sus compañeros andaluces, que dieron como fruto tres obras en sendos formatos distintos: la cassette «La Voz de la Sangre» (Effen, 1989), el LP «Un Paso Más en el Camino» (Avispa, 1992) y el CD «Y lo Negro Será Blanco» (Big Bang, 1996). Fue una de las cantantes precursoras del Hard Rock en nuestro país, ya que la banda de Motril practicaba un excelente Rock melódico que en ocasiones podía emparentarse perfectamente con el de Sangre Azul.

En 1996 Yoly abandonó la llamada Costa Tropical andaluza para instalarse en la madrileña ciudad de San Sebastián de los Reyes. El cambio de residencia vino motivado por un cambio de proyecto vital y profesional, ya que acababa de ser madre y durante unos cinco años se mantuvo alejada de las tablas. Su siguiente destino fue la vecina localidad de Talamanca del Jarama, donde aún vive junto a su familia.

Fue en 2003 cuando su relación profesional con el mundo de la televisión le permitió participar en Rock Divas. Se trataba de un proyecto ideado por Juan Antonio Navarro, un nombre fundamental para su carrera desde ese momento. El grupo estaba integrado exclusivamente por mujeres, en un tiempo en que este tipo de logística resultaba muy complicada de mantener.

Cuatro de las cinco chicas que grabaron el CD «Cueste lo que Cueste» tenían una experiencia mediática de lo más diverso. Yoly hacía figuración, Andrea participaba en musicales de Disney, Carolina era azafata del «Telecupón» y nos hemos quedado a cuadros al ver en las fotos promocionales a la encantadora Ana Chavarri, la simpática presentadora del espacio infantil «Club Megatrix». El quinteto se completaba con Inma, que como Yoly venía del mundo musical.

Para la carrera de Yoly, el apoyo e impulso recibidos de Navarro fueron fundamentales: «En 2001 trabajé en Antena 3 y ahí le conocí. Él me invito a ir a un ensayo de Los Despreciables, les gusté y me quedé con ellos. En ese momento eramos Ana Chávarri, Inma y yo de chicas. Él es un gran compositor, que también trabaja para televisión y cine. Cuando había algún proyecto en el que yo encajaba, pues me metía, tanto para cabeceras de programas como «Hoy es tu día» o «Sabor a ti».

Igual en otros proyectos como Rock Divas, en el que mezcló varios estilos en un mismo disco. Le dio un nombre artístico a las chicas y trabajamos todas en las canciones, aunque cada una de ellas fuera individual. En el disco de chill-out colaboré con Juan Antonio poniendo voces en tres canciones. Gracias a él he podido estar en la música, aprender y hacer cosas nuevas».

Las quince canciones en castellano editadas por Union Trak Producciones gracias a la ayuda de J.A. Navarro tocaban diferentes palos estilísticos, ya que oscilaban entre el Pop a lo Mecano, el Funk y el Blues. Esta misma libertad de la que disfrutó Yoly en Rock Divas a la hora de experimentar con géneros distintos al Rock se trasladó un año después a su siguiente obra, también registrada en los mismos estudios que la anterior. El disco ‘Chill & Blues’ contenía composiciones del citado Juan Antonio Navarro, divididas en dos partes: una inicial «Zona Chill-Out» de diez pistas, en la que Yoly puso su voz a tres canciones, y una segunda «Zona acústica», instrumental como el resto.

Con todo, lo más relevante en la trayectoria post-Caín de Yoly ha sido su larga etapa junto a Los Despreciables, un nutrida formación dedicada a las versiones de Classic Rock. Técnicos de sonido y músicos de larga trayectoria como Cutu de la Puente (Coz y los famosos Desleales del anuncio de la Mahou, entre otras muchas aventuras) formaron parte en algún momento de esta superbanda enfocada fundamentalmente a las actuaciones en vivo. Yoly se integró en 2001, pero hacía ya diez años que el combo funcionaba con regularidad.

Los Despreciables era inicialmente un quinteto, pero terminó como un grupo abierto, en el que las voces femeninas cada vez tenían más peso. Navarro intervino de nuevo para sugerir los nombres de los refuerzos vocales, que no eran otros que los de las propias Rock Divas a excepción de Carolina.

Así pues, Andrea, Eva, Inma y la propia Yoly rotaban al micrófono en diferentes roles, una vez cantando en solitario y otras haciendo coros, logrando que su show de adaptaciones de grandes éxitos rockeros resultase divertido y dinámico. Una nueva compañera llamada Ana también se incorporó a esta curiosa ruleta de mujeres cantantes.

Yoly Aragón tiene un recuerdo especial para quien lideraba Los Despreciables: “En el grupo había un cantante masculino que era el que llevaba el peso de la actuación. Él nos iba invitando a entrar en el escenario hasta que en el final nos juntábamos todos. Se llama Javier Lago y es un pedazo de actor. Él era la cara y el corazón de la banda”.

El final del combo llegó en 2016, cuando se autohomenajearon con el disco «En Estudio» a modo de cierre de un periplo de años que les permitió patearse toda la Comunidad de Madrid y algunas provincias cercanas.

Leo Cebrián Sanz