Hace 20 años Los+Mejores era todavía un ‘fanzine’, no tenía formato de revista profesional. En el número 25 (febrero 1997) la portada la compartían Pearl Jam y Def Leppard…


por Jon Marin


Eran pocas las entrevistas que publicábamos en aquellas fechas, pero en este número nos animamos con dos: Una muy breve al cantante entonces de Angra, André Matos, y otra al cuarteto completo que conformaba entonces Saratoga: Jero Ramiro, Niko del Hierro, Joaquín Arellano y Gaby Boente, cantante, que se estrenaba en el grupo sin aún grabar un nuevo disco. Más tarde llegaría su debut  con el CD ‘Mi ciudad’ (1998).

André Matos nos decía con humildad que todavía Angra se estaba dando a conocer en España y que no estaba asistiendo mucha gente a los conciertos. También que le extrañaba que todo el mundo le hablara maravillas del primer disco (‘Angel cry’, 1993) y muy pocos conociesen su segundo LP en aquel momento (‘Holy Land’, 96), el cual le parecía mucho mejor. Para 1998 ya nos prometía un nuevo disco, y cumplieron, el que sería ‘Fireworks’.

 

La entrevista a Saratoga, como comentamos, era principalmente para presentarnos al nuevo vocalista. Hubo algún que otro palito a Fortu Sánchez, quien inició como cantante la carrera del grupo y grabó dos discos (el titulado como la banda, de 1996,  y el de versiones ‘Tributo’ -97). Niko del Hierro –bajista- explicaba que lo comunicó en una reunión que tuvieron, que fue una decisión personal y unilateral y que la excusa era «que estaba emprendiendo unos negocios personales». Ya en el momento de hacer la entrevista se había descubierto y anunciado su regreso a Obús para retomar la carrera de este clásico combo. Añadía Niko: «Siempre choca un poco quedarte sin un cantante tan carismático como él, te llevas un pequeño palo (…) pero él nunca ha sido el líder de Saratoga.» Jerónimo Ramiro –guitarrista apostillaba: «La verdad es que fue un palo… pero un palo de cinco minutos.» (Risas).

Dado que en ‘Tributo’ habían incluido una canción de Antonio Flores, ‘No dudaría’, les pregunté por qué y, dentro de la contestación, Jero incluyó una anécdota: «Antonio Flores era un tío afín al grupo. Antes de morir, ensayaba en el local que estaba al lado del nuestro y nos veíamos en el bar.»

Unos años más tarde Joaquín Arellano –batería- me comentaba, mientras tomábamos unas copas, que cuando llegaban estos momentos de promoción se pasaban todo el día recibiendo a un entrevistador tras otro y que acababan hartos de responder las mismas preguntas. Me confesó que cuando entraba yo se les iluminaba la cara porque, al menos, hacía cuestiones diferentes y nos salíamos del molde. Gracias, Joaquín, por la deferencia (y hacer la diferencia).