Hoy termina “Operación Triunfo” con una gala de despedida… y bien que nos alegramos de ello. La fórmula de este teórico “espectáculo de talentos” ha vuelto a arrasar en audiencia, como aquel ya lejano 2001 en que padecimos la primera edición del programa. Otra vez más, la mezcla de realidad y música ha tomado el control de la televisión pública, ofreciendo un entretenimiento artístico que poco o nada tiene que ver con la calidad y el criterio.

Hemos resistido estos meses la tentación de escribir sobre esta auténtica bomba de relojería bajo la mesa del buen gusto, pero no nos resistimos a hacerlo sobre el «genio» en la sombra de «OT»: el realizador Tinet Rubira. Quienes tengan ya una cierta edad crearán no conocerlo, pero se trata de la misma persona que copresentó el programa ‘Plastic’ en Televisión Española entre 1989 y 1991.

Tinet y su compañero David Bagès -más tarde acompañados por Marisol Galdón- llevaron adelante el último gran espacio dedicado a la música popular en televisión que ha habido en España. El espacio lo dirigía Ferrán Armengol, quien de algún modo hacía una versión «cañí» del segmento ‘Wayne’s World’ -luego película-, que en la televisión norteamericana ya había popularizado el espacio ‘Saturday Nigth Live’. La serie británica ‘The Young Ones’ era su otro referente, aunque de la fusión de influencias nació un producto original y propio.

‘Plastic’ comenzó a emitirse en la segunda cadena de TVE desde su Centro Territorial en Cataluña, pero posteriormente ganó terreno y saltó a lo que luego fue La 1, regresando al antiguo UHF para una postrero intento de emisión en falso directo.

Su programación de contenidos resultaba tan abierta que aún hoy en día nos frotamos los ojos ante semejante grado de libertad e ingenio, tolerancia y reparto equitativo del siempre goloso tiempo en TV. Los presentadores llegaban al local abriendo una puerta de chapa -como el rapero “El Langui” en su emisión radiofónica de Radio Taraská- y se acomodaban en una especie de garaje siempre abierto a las visitas sorpresas.

Las actuaciones eran en play-back, pero no estaban sometidas a censura aparente. Una de las más conocidas fue la presentación de “Jesucristo García” por parte de Extremoduro. Una iconografía semejante, con corona de espinas y tricornio, sería impensable hoy día en otra emisora que no fuera Tele-K.

La lista de grupos y artistas del Pop y el Rock de la España del momento que pudieron promocionar su música en ‘Plastic’ fue muy notable, ya que no se limitaron a los grandes nombres del negocio. Por allí desfilaron entre otros 091, Cancer Moon, Decibelios, Legion, Sindicato del Crimen, TDK, Tijuana in Blue… ¡y hasta Paul Weller, My Bloody Valentine, Sugarcubes o los punkies The Exploited en el plano internacional! Los responsables de ‘Plastic’ fueron también los primeros en dar visibilidad a personajes como Evaristo Páramos, de La Polla Records, acompañado por el dibujante Carlos Azagra en una increíble entrevista que denunciaba los fastos de 1992.

Todo esto debe haber quedado muy olvidado en la memoria de Tinet Ruvira, otra de las grandes esperanzas (caída en desgracia) con las que contaba la difusión mediática de la música Rock a escala local. A Tinet parecían gustarle todos esas bandas con las que tanto bailaba en el estudio, pero desde que dejó la presentación de ‘Plastic’ su vida profesional tomó otros derroteros. Volvió a presentar algún que otro vehículo musical, pero la televisión occidental iba de cabeza a la explotación comercial más descarnada y no tardó en verse al frente de sucedáneos como «El número uno» o «Uno de los nuestros». Lo hizo después de su creación más sonada, ese «Operación Triunfo» que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a la consideración de la música como cultura.

Pese al prestigio ganado en ‘Plastic’, Rovira ha preferido pasar a la historia del medio como el gran factotum de «Operación Triunfo», una mina de oro para su productora Gestmusic -con o sin Endemol-, de la que llegó a ser director. De su pasado rockero no queda pues nada de nada, sólo el recuerdo de aquella plataforma profesional que le permitió iniciar su trayectoria pública y convertirse tiempo después en uno de los nuevos millonarios de la televisión nacional.

La empresa con la que ha operado, nacida a la sombra del trío humorístico catalán La Trinca, siempre se ha distinguido en el formato «Operación Triunfo» por sus políticas de exclusión. Éstas se han cebado especialmente sobre los estilos reivindicativos como el Hip-Hop, el Rock o el Punk, pero también con las lenguas cooficiales del Estado. La deriva independentista de alguno de sus socios -como Josep María Mainat, «el de las gafas» de La Trinca- tampoco ha servido para que «los chicos de la academia» canten en catalán, gallego o euskera.

Nada hay en «Operación Triunfo» que se salga del guión. Son infalibles…, y lo saben. Este año han vuelto a conseguir volver a poner la guinda al pastel: la ganadora Amaya y su novio Alfred, en el papel estelar de David Bisbal y Chenoa, en directo para el plató continental de Eurovisión.  Tinet, eres un crack…

Leo Cebrián Sanz