Como diría el antiguo Jefe del Estado español, es para nosotros «todo un orgullo y satisfacción» comprobar que las autoridades locales oficiales comienzan a sacudirse su capa de prejuicios y valoran en su justa medida la labor cultural que el rock representa. Y de entre todas las comunidades autónomas que en España son, Extremadura se está distinguiendo como la más generosa con este tipo de reconocimiento.

Hace casi dos años fue Roberto Iniesta, líder de Extremoduro, quien recogió la Medalla de la región de manos de su presidente autonómico, José Antonio Monago, del Partido Popular. Hace unos días un honor similar ha sido otorgado a Vito Íñiguez, alma-mater de Sínkope, quien ha obtenido una placa de Reconocimiento a la Trayectoria Cultural y Musical por parte del Ayuntamiento de su localidad natal, Quintana de la Serena, en Badajoz. Enhorabuena al músico, que suma un cuarto de siglo al frente de la formación.

Durante los últimos años, Sínkope se ha erigido en el legítimo heredero de otros dos grupos de gran seguimiento popular, Marea y Extremoduro, cuya inactividad ha permitido el acceso a la cumbre de nuevos nombres propios. A ello se ha sumado por supuesto el estado de gracia en que se encuentra el quinteto de Vito, coronado en directo con su reciente disco en vivo registrado en La Riviera madrileña.