RATA BLANCA, por David Esquitino

Los argentinos Rata Blanca acaban de editar su nuevo disco, “La Llave de la Puerta Secreta”, y con esa buena excusa acudimos a las oficinas de su discográfica española para reunirnos con Walter Giardino, guitarrista y líder del grupo desde siempre. Hablamos del disco, de la historia de ‘Rata’ y alguna cosilla más para dar forma a una agradable charla con envoltorio de entrevista que podéis leer a partir de «ya».

 

Sé que acabáis de llegar tras hacer unos conciertos en Sudamérica con Whitesnake y Judas Priest, ¡casi nada!…

Pues ha sido bárbaro. Estas cosas son un placer pero también una responsabilidad para Rata porque estás tocando con dos bandas tan grandes que hay que trabajar más duro que nunca. Disfrutamos mucho tanto en Santiago de Chile como en Buenos Aires, aunque en el show de Chile tuvimos algunos problemas y no salió tan bien como nos hubiera gustado, pero, bueno, son gajes del oficio y esto también forma parte de nuestro trabajo.

 

Hace ya un mes o algo más que ha salido “La Llave de la Puerta Secreta” y seguro que hay gente que todavía no ha tenido oportunidad de escucharlo. A mí me ha resultado algo distinto del anterior, “El Camino del Fuego”, pero quiero que seas tú mismo el que presentes el nuevo trabajo.

Lo primero es decir que me alegro de que penséis que es distinto porque si hiciéramos siempre discos iguales nos aburriríamos todos muy rápido, je, je. “El Camino del Fuego” era más lineal y potente quizás, pero éste es más ecléctico, variado y, sobre todo, tiene un sonido espléndido. Mucha gente dice que es el mejor disco de Rata… Yo no opino eso ni tampoco lo contrario porque cada uno tiene su opinión y eso es siempre respetable. Para mí es uno de los mejores, eso seguro, y lo que sí tengo claro es que desde “Magos, Espadas y Rosas” no trabajábamos tan a gusto haciendo un disco, al menos yo. Además, lo hemos hecho en un estudio reformado y hemos trabajado muy cómodos y sin prisas, y el disco ha salido sólo cuando todo estaba terminado, y eso se nota en el resultado final. Hay gente que se va a sorprender de lo ecléctico que es y quizás les cueste aceptarlo porque no es el típico disco de Heavy Metal, pero estoy muy satisfecho.

 

Una de las cosas que hay que destacar es la lujosa presentación del trabajo: en caja cerrada, con una llave especial para abrirlo, portada y libreto muy currado. De todos modos, “El Camino del Fuego” y el directo “Poder Vivo” ya contaban con unas presentaciones de lujo y es de agradecer que cuidéis y miméis tanto este aspecto. ¿Por qué le dais tanta importancia a este tema?

Es para cerrar un buen paquete, porque si tienes un buen disco, tienes que ofrecerlo de la mejor manera posible, porque los discos no son sólo la música que contienen; al menos en mi época no era así. Antes se cuidaba mucho más el arte de los discos y nosotros seguimos creyendo que es importante ofrecer un conjunto y no sólo unas buenas canciones sin más. Luego puede ayudar o no en el tema de la piratería también pero eso es secundario a la hora de esforzarte en hacer una buena ‘tapa’ y ofrecer la mejor presentación posible para tu trabajo.

Es muy difícil encasillaros dentro de un estilo concreto porque, como por ejemplo ocurre en “La Llave de la Puerta Secreta”, vosotros tocáis muchos palos. Siempre he dicho que Rata hace “Hard/Heavy elegante” pero esa es sólo una definición personal. Tú eres el jefe y nadie mejor que tú para definir la música de Rata Blanca.

Ja, ja, ¡me gusta esa definición! Bueno, nosotros hacemos Rock y tanto el Hard como el Heavy son valores agregados al estilo básico que hacemos; al igual que las baladas y ‘medios tiempos’, son un cambio o dos abajo del Rock que hacemos. Es muy difícil encerrar nuestra música en un solo calificativo porque, como buena ‘Rata’, es escurridiza, ja, ja. Por eso Rata Blanca llega a donde llega, porque tiene muchas salidas a la hora de presentar una canción. Para ser un gran artista hay que conmover y saber qué percibe la gente de ti. La gente no es tonta y sabe cuándo las cosas son reales o poses. Yo creo que, cuando eres honesto y ofreces algo bueno, las cosas funcionan y por eso nos gusta decir que Rata hace Rock y dejamos las poses irreales y el ir de ‘esto’ o de ‘lo otro’ para los demás. Nosotros no somos una banda moderna, está claro que estamos en 2005 y hay que avanzar, pero nuestras raíces están muy claras. ¿Cómo va Rata a estas alturas a tocar Nu-Metal? No, que me dejen de cambios de estilo y denominaciones raras que nosotros hacemos Rock de toda la vida… eso sí, con personalidad y un ‘sonido Rata’ muy concreto.

 

De cara al directo, supongo que ya habéis comenzado la gira. ¿Qué estáis llevando a modo de escenografía? Sé que en Sudamérica lleváis escenarios mucho más grandes pero en España, lamentablemente, tenéis que tocar en salas y no sé qué vais a ofrecer encima del escenario…

Lo primero es decir que Rata es una banda de directo, está claro, incluso ya verás cómo suenan estas nuevas canciones en directo porque no tiene nada que ver con el tema de estudio donde, a lo mejor, son más pulcras, limpias, algo más suaves incluso. A mí nunca me gustaron las bandas que suenan de lujo en estudio y luego en directo no dan la talla. Rata intenta hacer un buen trabajo en estudio siempre, está claro, pero sobre todo somos una banda de directo que creo que es donde las grandes bandas tienen que demostrar las cosas. Es una pena que en España haya cosas que no podemos montar porque son gigantes, son para escenarios en estadios. Por ejemplo, llevamos un dragón que mide seis metros de alto por ocho de ancho y esto en Caracol o Aqualung no cabe, ja, ja.

 

Una curiosidad para que me aclares: En la edición de Viña Rock de 2002 hubo un momento de vuestra actuación en la que Adrián presentó un tema antiguo y tú le corregiste y le indicaste tocar uno nuevo. Fue una anécdota, pero con esto te quiero preguntar hasta qué punto en Rata Blanca es Walter Giardino el que dice “esto es así” o es una banda en general.

Es una banda que escucha a Walter Giardino. Es como AC/DC, ¿sólo son los hermanos Young?, no lo creo, pero ellos son la cuerda del reloj, y con nosotros pasa algo parecido. Yo soy el guitarrista, el mentor de la banda, el ideólogo en un montón de cosas y el principal compositor, y por eso dirijo el barco. Pero es que además siempre ha sido así, nunca fue una imposición sino que yo llevaba los temas y la banda no avanzaba si yo no hacía los temas. Una vez cambiamos eso y no nos fue nada bien… Así que si algo no se rompió, ¿por qué lo vamos a cambiar a estas alturas? Además, fue una de las exigencias que yo puse para retornar con la banda porque no quiero tener ninguna discusión artística con nadie, quería volver a lo que hicimos y de esa manera vamos a poder retomar la historia bien. Ahora la banda es muy estable, muy buena tanto a nivel individual como colectivo, y está claro que unos aportan más que otros a la hora de participar en los temas o de hacer arreglos. Pero, aún así, esto funciona porque, por ejemplo, Guillermo Sánchez no es un virtuoso ni pretende serlo pero desde el principio ha sido un muro sónico y aporta una fuerza a la banda que quizás un mejor bajista, técnicamente hablando, no podría hacer. El punto es que todos pueden participar en la composición y en las decisiones, pero al final soy yo el que tiene la última palabra, eso es verdad. Es que si algo no me gusta o no me convence no voy a tirar para adelante porque soy muy autoexigente y lógicamente también lo soy con los demás… También soy espantosamente honesto en las entrevistas y esto no sé si es bueno o es malo, ja, ja.

 

El nombre de Rata Blanca siempre me ha recordado a Whitesnake, White Lion… ¿Había alguna relación con algo así o era un nombre sin más?

Ja, ja, no, jamás pensamos en nada de eso. Hay gente que dice “R.B.” igual a “Ritchie Blackmore”, y además Rata Blanca tiene diez letras como Deep Purple o The Beatles. Y yo pienso: “¿Pero ustedes no tienen nada que hacer, cómo logran sacar esas locuras?”, ja, ja. ¿Pero cómo yo voy a poner un nombre y encerrar tantas cosas? ¡Si es imposible que pueda imaginarme tantas cosas en un nombre! No, Rata Blanca, si acaso, puede tener una connotación social y mística si quieres, que tiene que ver con la calle, con el lado bueno de la calle… o malo… ¡qué se yo!, es como si le pregunto a mi madre por qué me llamó Walter o por qué escogí los nombres de mis hijos… Bueno, el de Sebastián si lo sé: por Bach, ja, ja.

 

La última es tuya, despídete, saluda… En fin, cierra como prefieras la entrevista:

Nada, que estamos aquí con el nuevo disco, que estaremos en España en febrero presentándolo y que será un placer volver a ver a toda la gente entonces en los conciertos. Un abrazo a todos y gracias por vuestro tiempo… aunque no te haya gustado demasiado el disco, ja, ja.

 

Acabamos riéndonos y de buen rollo, justo como empezamos esta agradable charla con el genial Walter Giardino.

 

La Llave de la Puerta Secreta (Pies)

Todos conocéis mi predilección por estos argentinos (y si no lo sabéis, os lo cuento). Pues bien, siendo justos y objetivos, tenemos que decir que Rata Blanca lo han vuelto a hacer, ya que de nuevo han editado un trabajo fantástico, que cuenta con una presentación cuidadísima hasta el último detalle, con un sonido genial manteniendo su sello Hard/Heavy elegante de corte Rainbow/Purple intacto, y con una actuación de los músicos de ‘10’ (mención especial a la segunda juventud que está viviendo Adrián Barilari).

Ahora, siendo fan de “Rata Blanca”, “Magos, Espadas y Rosas”, “El Libro Oculto” o el propio “El Camino del Fuego” (el disco anterior), mentiría si no digo que quizás el sonido me resulta demasiado limpio. Algunas canciones tienen un ‘toque Power’, hay mayor protagonismo del teclado de Hugo Bistolfi sobre la guitarra de Giardino y también dos edulcoradas baladas. Tiene grandes momentos como “La otra cara de la moneda”, “Índigo”, “Guitarra española” o la que da título al CD, aparte del gran trabajo del ‘trío calavera’: Walter (además de guitarra y compositor, productor del disco), Barilari (¡qué gran cantante es este ‘Bruce Dickinson en pequeñito’!) y el genial batería Fernando Scarcella (¡como le pega el tío!). ¡Aúpa Rata!

David Esquitino