TESLA

LUGAR: Macumba
CIUDAD: Madrid
FECHA: 2 de noviembre de 2007

Uno de los firmantes se quedó boquiabierto cuando, muy joven, vio a Tesla pisar con elegancia sublime las tablas que, a continuación, ocuparían Scorpions –fue en el Palacio de deportes de Madrid-, otro tenía que desquitarse de aquel Monsters Of Rock, en Barcelona, en el que unos descerebrados les estuvieron jodiendo el show, aparte de joder a los que sí querían contemplar a la banda en directo, la tercera se estrenaba con estos grandes músicos.

El concierto superó todas nuestras expectativas. Sabíamos que Jeff Keith y sus muchachos no nos defraudarían, pero no teníamos claro hasta qué punto. Grandiosos. Sólo se puede definir con esa palabra un show que comienza con un cañonazo como «Comin’ atcha live» y sigue, dando un repaso a todas las joyas de su discografía, con «Modern day cowboy», «Heaven’s trail», “Hang tought», «Paradise», “Into the now”…, también una de las brutales de su estupendo disco de versiones («Rock bottom» de UFO), y que acaba con la magnífica «Edison’s medicine». Todas tocadas por una banda perfectamente engrasada, en la que destaca cada uno de sus músicos y la única y personal voz Jeff, pero, sobre todo, sus dos guitarristas -Frank Hannon y Dave Rude- dándolo todo y más ante un numeroso público tan ensimismado como entregado.

Una noche de Rock&Roll inolvidable en la que nos mostraron lo injustamente infravalorados que han estado. Una de las últimas grandes bandas de Hard Rock de la historia que esperamos que vuelva pronto por aquí.

Texto: Antonio Sánchez, Jon Marin & Marta M. Crisol.
Fotos: Fran Llorente & Marta M. Crisol.


Festival SENDEROS DEL ROCK

LUGAR: Pabellón Sociocultural
CIUDAD: Casetas (Zaragoza)
FECHA: 3 de noviembre de 2007

Llegó la segunda edición del festival zaragozano Senderos del Rock, que organiza el programa de radio de idéntico nombre. No se puede decir que fuese un éxito rotundo porque la afluencia de público no fue la esperada y ni mucho menos se aproximó a la capacidad total del recinto. Pero teniendo en cuenta que era una fecha complicada, al coincidir con un largo puente y el fútbol, estuvo más que aceptable y tampoco se puede hablar de fracaso. Además, los grupos que por allí desfilaron desde primera hora de la tarde hasta la madrugada del día siguiente, estuvieron a una gran altura.

Rock para todas las edades

Adgar fue la primera banda en saltar al escenario en torno a las cuatro de la tarde, con la siempre difícil papeleta de calentar al todavía escaso público. Los cántabros resolvieron a la perfección la situación y nos dejaron media hora para el recuerdo. Buen detalle el del guitarrista al bajarse a la pista y animar tanto al público de cerca como a sus compañeros desde abajo.

Los vascos Indomables fueron los encargados de ponerle el punto rockero a la tarde. Divertidos, sabiendo lo que hacían, enseguida se metieron a la gente en el bolsillo. Un par de versiones (“You shook me all night long” de AC/DC y “Burn” de Purple) tuvieron gran culpa de ello. Mucho Jack Daniel’s sobre el escenario durante toda la actuación, Hard Rock&Roll del de siempre y el mejor cierre con su tema más enganchador: “Mi sombra, la muerte y mi puta mala suerte”.

Indomables

El único grupo que jugaba con la ventaja de tocar en su tierra era Eternity. Una gran puesta en escena para presentar su trabajo “Mare Nostrum” con una formación bastante renovada que sabe sacar rendimiento a su “Romantic Metal”, caracterizado por la fuerza de su música, muchísima melodía y la profundidad de sus letras. Hubo sorpresa cuando se hicieron acompañar de la voz de Silvia, cantante del también grupo maño Angélida.

Eternity

Entre banda y banda, unos quince minutos de descanso que venían estupendamente para acercarse a las barras a pedirse algo. Entre tanto, ahí estaba El Pirata, personaje carismático donde los haya, presentando a los grupos y amenizando las pausas con su desparpajo habitual y buena música.

El Pirata

A continuación, una de las bandas de moda, Dragonfly. Los argentinos afincados en España dieron buena muestra de lo que son capaces de hacer. Compactos y melódicos, buenos en el plano musical, pero algo parados. Esta vez, en mi opinión, les faltó algo de chispa para conectar totalmente con el público. Sonaron temas propios como “Entre el odio y la pasión” y “Sin salida”, además de una personal versión de “The show must go on” de Queen.

Dragonfly

Desde Granada, uno de los platos fuertes de la noche, los reaparecidos Azrael. Repasaron sus anteriores trabajos (destacaremos la interpretación de “Mafia”) y se volcaron en su nuevo álbum, “Libre”, en el que Miguel Carneiro (aventajado alumno de Óscar de Lujuria pos su comunicación con el respetable) suple al anterior vocalista de la banda. También hicieron “Resistiré” de Barón Rojo. Buena actuación y gran aceptación entre los de abajo. Puro espectáculo, incluidas las ajustadísimas mallas de cebra de Miguel que dejaban poco a la imaginación.

Azrael

Una de las mejores actuaciones corrió a cargo de Dark Moor. Los madrileños bordaron su show y, junto con la banda que les precedía en cartel, fueron los que más público congregaron a los pies del escenario. Desde luego, punto álgido del festival. Se centraron en la última época del grupo, es decir, en la de su actual cantante, Alfred. Profesionales y serios.

Dark Moor

Desde el sur, Cádiz, los creadores del “Juglar Metal”, Saurom. Fue una de las bandas que más nos impresionó por su grandísima evolución. Han conseguido un sonido muy definido y personal tanto en su último disco, “Juglar Metal”, como en directo. Como de costumbre, repartieron diversión por doquier. Lo tienen todo para convertirse en una de las grandes bandas nacionales; aún jóvenes, experimentados y con ganas. Seguiremos, como desde sus principios, tras su pista.

Saurom

El broche final del festival lo puso Firewind, la única banda extranjera del cartel, que saltó al escenario en torno a la una y media de la madrugada. El público empezaba a escasear y las fuerzas no estaban al cien por cien, pero siendo la última oportunidad de verlos en nuestro país en la actual gira, merecía la pena quedarse. (Nota del director y acompañante en el festival: “¿Quedarse dónde?”). Los griegos cumplieron con su cometido y sonaron muy bien con su Power-Metal cañero demostrando su calidad, pero la actuación no fue todo lo cálida que esperábamos. A pesar de todo, nos dejaron buen sabor de boca.

Terminaba la segunda edición de este festival de un sólo día, pero maratoniano donde los haya. El elenco de bandas que pudimos ver y escuchar, el buen hacer por parte de la organización, incluido un sonido más que admisible para ser un festival, y los precios en barra que no eran abusivos hacen que estemos deseando volver el año que viene. A ver si el ‘festi’ consigue ese necesario empujón para que se convierta en otra cita obligada del calendario musical con el aliciente de ser uno de los últimos de la temporada.

Texto y fotos: Marco Vara.
Foto «Rock para todas las edades»: Jon Marin.


DREAM THEATER + Symphony X

LUGAR: Palacio de los Deportes
CIUDAD: Madrid
FECHA: 3 de noviembre de 2007

Alrededor de diez mil fans de ambos grupos norteamericanos se dieron cita para no faltar a este gran acontecimiento. Symphony X, sabiendo que desempeñaban el rol de teloneros, aspiraron a más con un set list cargado de virtuosismos y energía. Desde el riff inicial, la banda no dejaba paso al aburrimiento con un Russell Allen excepcional liderando al cuarteto instrumental de lujo. Aunque sólo tuvieron 50 minutos para desplegar su arsenal, abordaron todos los aspectos que te esperas en un concierto de este calibre: tanto los coqueteos en español de Allen con las chicas de primera fila (posteriormente me admitió que su mujer trabaja en una comunidad latina en EE.UU. y debe a ello sus escasos conocimientos de castellano) como la excelencia musical de un inspirado Michael Romeo sirvieron como colchón a la presentación de su último trabajo, que dejó con muy buen sabor de boca para la actuación de los pesos pesados de la noche: Dream Theater.

El quinteto salió al escenario para hacer frente a una horda de freaks de la música. Aunque con un Ruddess con fiebre, la actuación no permitía pegas ni peros: perfectos. LaBrie cantando como no había hecho desde el mítico “Images and Words”, Petrucci y Ruddess echando duelos de virtuosismo, Myung impasivo como siempre pero impresionante como nunca, y Portnoy sin escupir más de la cuenta.

Cubrieron todas las etapas de su discografía, enfatizando en el último trabajo. La reina de la noche fue “In the presence of enemies” (¡24 minutos!), que, junto a “Take the time”, se llevó la mayor ovación. Con un medley muy variopinto cerraron y saciaron las ansias de tantos fans del género Progresivo. Eso sí, creo que no voy a escuchar un disco de D. Theater en varias semanas.

Texto y fotos: David Amelang.