La del pasado sábado 16 de noviembre fue una oportunidad única para ver a Avalanch en un formato acústico y en un ambiente mucho más íntimo de lo habitual. El reloj marcaba las diez de la noche cuando la banda salía al escenario. Para esta ocasión tuvimos a Jorge Berceo a las voces -como viene siendo habitual desde el proceso de recuperación de Isra-, Mike Terrana con el cajón flamenco y la batería -una bastante más pequeña que la suya habitual- y Alberto Rionda a la guitarras acústica y eléctrica.

El concierto comenzó con Mike tocando el cajón flamenco mientras marcaba los ritmos, Alberto con la guitarra acústica y un Jorge muy animado, que interpretó los temas a la perfección. Un público muy entregado disfrutó con un set-list cargado de clásicos. Los primeros en caer fueron «Mar de lágrimas», «El príncipe feliz», «Antojo de un Dios», «El hijo pródigo», «Cambaral», «Xana» y «Alborada». La primera parte del show fue la más íntima, y en ella se vio a la banda muy involucrada con el público, con Alberto interactuando bastante. Incluso se hicieron concursos, siendo yo mismo el ganador del primero de ellos.

Durante la segunda parte Mike dejó el cajón y se subió a la batería, demostrando como siempre la destreza física que tiene. Jorge cogió el bajo entre bromas con Alberto -ya os digo que se les veía muy animados-. «Papel roto» y «Delirios de grandeza» fueron los primeros temas de esta segunda mitad, en la que contó con una sección de violines en la que colaboró Jezabel. A mí personalmente me gustó mucho cómo sonaba en conjunto.

Para la parte final Alberto se colgó la guitarra eléctrica. Contaron con una guitarra menos y no hubo teclados, pero en ambos casos no se echaron en falta. Sonaron temas como «Pies de barro», «Mil motivos», «Otra vida» y también algunas de su último disco, como «Flor en el hielo», una canción que desde luego me encanta. He tenido la oportunidad de escucharla en directo por segunda vez y no me canso de ella… A continuación llegaron «Decepción» y, para terminar, «Lucero». Durante la misma volvió a subirse Jezabel, además de los tres afortunados que ganaron los concursos celebrados durante el concierto. Se trataba de adivinar la canción con los primeros acordes y volví a estar entre los ganadores. Todo un honor y toda una experiencia subirse a cantar un tema con semejantes músicos. Un recuerdo para toda la vida.

Una vez terminado el concierto, los músicos se bajaron para estar con el público y entablar conversaciones con él, firmar o hacerse alguna fotografía. Como comenté, una actuación con una banda muy entregada de principio a fin. ¡Verlos en una sala pequeña con tan buen sonido es todo un regalo!

Juan Antonio Nieto

Consulta nuestra galería de imágenes del concierto en la sección de fotos de nuestra página de Facebook.