La política divide, la música une. Durante un tiempo que hoy en día parece muy lejano, en las calles de Madrid hubo quien se dedicó a escribir sobre las paredes “La Dharma al poder”. La referencia a la Companyia Elèctrica Dharma era el tributo popular a una de las formaciones más emblemáticas del Rock hecho en Cataluña… y admirado en el resto del Estado, España o elija usted el término que más le guste.

De esa época de euforia cultural y musical en tierras catalanas versa este modélico libro publicado por Editorial Milenio en 2011: “Barcelona, del Rock Progresivo a la música layetana”. Álex Gómez-Font lo escribió a modo de resumen y recuperación histórica de una etapa de fuerte experimentación entre los músicos locales, que tomaron la bandera de la libertad creativa durante el tardofranquismo y la agitaron hasta la llegada de los años 80.

El ensayo comienza con una cita del cantautor y actor Ovidi Montllor, una nota del autor y el prólogo de Karles Torra. Mediante un desarrollo de epígrafes más breves, los cinco capítulos abordan las grandes líneas del movimiento cultural surgido en torno a la sala Zeleste: Una aproximación musical a la Barcelona de los años sesenta / Pau Riba y El Grup de Folk / El surgimiento del Rock Progresivo en Barcelona / Zeleste y su época / La caída de la música layetana y el final de una época.  

Los apéndices entretienen la lectura con sendas selecciones de imágenes en blanco y negro y color. Entre la documentación gráfica de carteles de festivales y material promocional destaca la reproducción de las portadas que integran la discografía completa de esta “Movida” catalana, de la que poco se escribe o habla, tanto dentro como fuera del territorio.

Por fortuna, los testimonios orales de los protagonistas que vivieron el auge de bandas como Iceberg, Pan y Regaliz, Secta Sónica o la Orquestra Platería convierten el libro en algo más que un estudio erudito. Las palabras de quienes se atrevieron a cantar en su lengua natal y romper con la ortodoxa dinámica de la Nova Cançó reivindican su propia historia con una envidiable naturalidad, sin incurrir en los clásicos tics de ese recuerdo idealizado que con tanta frecuencia pervierte la realidad de los hechos.

Como ingenioso guiño a los lectores y seguidores de esta parte de nuestra música autóctona de los años 70, Álex Gómez-Font identifica cada página del libro con el famoso croissant con un reloj en su parte superior que figura en la cubierta del LP ‘Why?’, de los siempre referenciales Máquina!

Leo Cebrián Sanz