Una de las portadas del año es la del disco «Tras la Sombra del Silencio», de la banda leonesa Mala Komunikazión. Como estas cosas hay que valorarlas en su justa medida nominal, es de recibo señalar que su autor se llama José «Kat» Canales. En el arte gráfico de este álbum nos gusta hasta la cita con la que suscriben su libreto de créditos: «No es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma», de Jiddu Krishnamurti.

Las armas de denuncia de Mala Komunikazión son el Punk, el Rock y el Metal. Sus dos discos anteriores fueron «Sin Miedo a Volar» (2011) y «Delirios de un Melómano» (2014), a los que habría que añadir su «Maqueta Grabación Propia» de 2008. El nacimiento del cuarteto se remonta a junio de 2006, cuando comienzan su andadura en la comarca de El Bierzo. Uno de sus orgullos de vecinos de zona minera ha sido poner música al himno del colectivo, «Santa Bárbara», con la ayuda del guitarrista Víctor de Andrés, antes en Zenobia y ahora en Mägo de Oz.

El grupo está integrado por Lorenzo «Kachy» (voz), Héctor «Madero» (guitarra y voz), Alberto «Beto» (bajo y coros) y Juan «Juantxi» (batería y coros). Están de enhorabuena porque acaban de publicar ocho nuevas canciones, que ya en 2019 avanzaron con el tema «Mientras que todo arde». Actualmente están adscritos a esa peculiar tercera vía del Punk «metalizado» o del Metal «punkerizado» que tanto crédito ha dado a sus principales inspiradores: los asturianos Desakato, con uno de cuyos músicos (el vocalista Pepo) colaboraron hace ya seis años.

En Mala Komunikazión nos hay una alternancia tan acentuada de voces gutural y melódica, pero sí un sano ejercicio de evolución artística hacia nuevos registros sonoros, sin renunciar por ello a su vehemencia en la denuncia o la confesión personal. A veces también tienen un aire a otros vecinos del mismo norte, los ahora renacidos Fe de Ratas, que en su día abrieron esta alternativa del acento propio en las fórmulas ya conocidas.

Las composiciones de estos leoneses no superan los cuatro minutos y van directas a poner en circulación la conciencia y las piernas, con letras bien escritas que no se pierden en vericuetos innecesarios. Que el disco dure media hora escasa no es un obstáculo, ya que ofrece lo justo y necesario para resultar atractivo y fresco.

Leo Cebrián Sanz