Una de las grandes cosas de este oficio es que nos brinda la oportunidad de conocer y tratar a personas interesantes, que de otro modo difícilmente se nos habrían cruzado en la vida. Es el caso de Mariano Gómez, un singular activo de la escena madrileña del Rock, cuya trayectoria en la sombra de la música nacida en la capital no le hace menos indispensable que otros muchos con bastante más nombre.
Mariano ha llamado nuestra atención por ser el impulsor de Caravana Underground, un capricho en toda regla en forma de EP de cinco canciones, al que ha aportado dos composiciones propias («Rock de mi barrio» y «La flor»), una versión del argentino Moris («Un golpe de suerte») y tres adaptaciones musicadas de sendos poemas de Miguel Hernández («Como los marineros», «Aceituneros» y «Rosario, dinamitera»). Junto a él han estado en el micrófono su esposa Chus León -una bellísima voz, por cierto-, el histórico bajista Mac -todo un clásico en la ciudad-, el guitarrista Nacho Ortiz y el músico y productor Juan OImos al mando del estudio y con colaboraciones varias en voz, teclados y arreglos. Los artistas invitados también han sido importantes a la hora de redondear este trabajo cultural, nacido de la pasión por la literatura y el amor por el Rock castizo de guitarras.
Mariano es uno de esos tipos de los que sólo una urbe como Madrid puede presumir como propios. Su memoria es un prodigio de las experiencias vividas, que son muchas y de mucho tiempo atrás. «Aquí enfrente vi yo un concierto de Ñu y Moon a mediados de los 70», fue casi lo primero que nos dijo mientras señalaba el Colegio Nuestra Señora de las Maravillas, en la Colonia del Viso. La charla posterior a la entrevista que incluimos en esta noticia fue un delicioso recorrido por algunos de los avatares del Rock español más clásico, con un recuerdo permanente a los nombres propios que convirtieron el Foro en una de las capitales rockeras de referencia en Europa.
Leo Cebrián Sanz