La última vez que vi en persona a Carlos Tena fue poco antes de la pandemia en la madrileña Estación Sur de Autobuses. Por entonces todos le hacíamos viviendo todavía en Cuba, país con el que siempre simpatizó políticamente y al que se marchó a residir de forma permanente en un sorprendente y admirable ejemplo de coherencia ideológica. Ese día me quedé con las ganas de saludarle y felicitarle por sus años de periodista cultural y musical.

Hace unos días Tena falleció en Madrid, ciudad a la que había regresado para pasar lo que han sido sus últimos años de vida. Y para recordarle con algo más que palabras sentimentales o vacíos obituarios de meros datos profesionales, este medio quiere ir un poco más allá y abordar desde el respeto y la admiración un par de episodios concretos de su trayectoria que no siempre se recuerdan con la intensidad y el modo debidos.

El primero es su cese como director del programa “Caja de Ritmos”, tras el escándalo provocado por haber incluido entre sus contenidos de sábado por la mañana un videoclip de producción propia del tema “Me gusta ser una zorra”, del grupo vasco Las Vulpes. La letra del tema, que no era sino una versión muy libre del ‘I wanna be your dog’, de The Stooges, fue publicada por el diario ABC como apoyo de una editorial de denuncia. A partir de ahí se desató una tormenta social y política contra TVE, de la que el peor parado fue el propio Carlos Tena, quien sufrió un acoso constante y durante meses padeció un desprecio profesional del que tardaría años en recuperarse.

Nunca está de más recordar lo ocurrido y en este caso hacerlo desde un punto de vista más periodístico y de contexto, ya que Tena fue una víctima (nada) colateral de la guerra entre el periódico dirigido por Luis María Ansón y su oponente y oficialista “El País”.

El segundo de los documentos que enriquecen la visión que durante estos días se está ofreciendo de este periodista cultural de referencia se refiere a su intervención en 1982 en un coloquio organizado por Jesús Hermida. El programa se llamaba “Su Turno” y se emitía los domingos por la noche. Fue un precedente de la televisión polemista que llegaría años después -justo lo contrario que el contemporáneo “La Clave” de José Luis Balbín-, ya que enfrentaba dos posturas encontradas sobre un mismo tema.

Esta vez el dilema era a cuenta de “jóvenes contra carrozas” y allí que se presentó Vicente “Mariskal” Romero con los más apasionados de sus seguidores. La intensidad del debate partió del famoso momento del bate de béisbol, cuando el DJ se lo entregó al presentador como demostración de que su actitud era pacífica y colaboradora.

Sin embargo, uno de los momentos más tensos se produjo con la intervención de Carlos Tena desde el público, que no dudó en “cantarle las cuarenta” al Mariskal. Los dos comunicadores dirimieron sus diferencias de mala manera y de hecho desde entonces tanto Tena como los medios asociados a la Nueva Ola y la incipiente Movida se alejaron por completo del Rrollo y el movimiento del Rock Urbano y el pujante Heavy Metal. Algo tuvo que ver con aquella diáspora de la prensa más oficialista y poderosa este “momentazo” de nuestra televisión, que recuperamos con la distancia del tiempo y un guiño de complicidad hacia Carlos Tena, allá donde esté leyendo estas líneas. Vayan al minuto 33:50 y disfruten…

Leo Cebrián Sanz