Viva la paridad, pero sobre todo viva la calidad. De ambas cosas anda sobrada esta banda madrileña, en la que tocan e interpretan Jara Carrasco (voz -hasta el pasado mes de abril lo fue Ariane-), Bea Lacher (guitarra), Carlos Bravo (bajo) y Josu Fernández (batería). Por el tipo de Rock abierto y heterogéneo que practican podrían haber elegido el inglés para expresarse, pero felizmente han optado por el castellano. El riesgo de hacerlo en un idioma complicado de encajar en las formas tradicionales del Rock es neutralizado por una sabia combinación de ritmo y riffs de guitarra. El cuarteto no oculta cierta vocación por el Pop de más calidad e incluso, dicen ellos, alguna «inspiración latina» que a nosotros nos cuesta encontrar.

Cives nació en 2018 y al proyecto llegaron músicos de diversas formaciones como Cassandra, Ecléctica o Círcinus, que terminaron confluyendo en esta reinterpretación de la música eléctrica de la década de los noventa. Sus dos primeros singles llegaron antes de acabara el año y lo hicieron bajo el signo de la autoedición: una versión del combativo ‘Bella Ciao’ y «No pido nada». Los cambios definitivos en la foto de familia de Cives condujeron entonces a los actuales titulares, con el que han grabado su primer EP: «Incendio», compuesto por cinco canciones: el single que da título al disco, «Conexión», «Aguardiente», «Tijuana – Nos reclama» y «La perdición». Tanto «Incendio» como la inicial «No pido nada» cuentan con su respectivo videoclip.

Todo este año 2019 lo están dedicando a medir sus fuerzas en directo, en una gira impresionante por la cantidad de fechas en todas partes de la península y la cantidad de kilómetros que están dispuestos a hacer para dar fuste a su propuesta. Se las ha podido ver y escuchar mucho en su ciudad y Comunidad, pero también han pasado o pasarán en breve por localidades y capitales de Toledo, Albacete, Salamanca, Badajoz, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Murcia, Sevilla, Málaga, Cádiz, Asturias y Lugo. Oficialmente se estrenaron sobre los escenarios en el festival Mad Fuzz Fest, en esa encantadora e histórica sala que es la madrileña Rock Palace.
Leo Cebrián Sanz