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por Jon Marin


 

Mi padre me decía que era un gran paseante de libros, así que mientras estudiaba algo y trabajaba un poco más, ahorré mucho en tres meses en cuanto se anunció que el 30 de octubre de 1989 la gira de Mötley Crüe pasaba por París y que, otra vez, el programa Disco-Cross organizaba un bus desde Madrid. La gira europea de ‘Dr. Feelgood’ duró un mes y, para variar, no pisaba nuestro país.

Salimos otra vez de Cibeles. Esta vez no hicimos la primera parada en San Sebastián de los Reyes. Los meones sólo aguantaron hasta Alcobendas, un poco antes. En Burdeos nos soltaron un par de horas, de noche, que perdimos haciendo el ganso por una feria que encontramos. Dos de los viajeros más graciosos se entretuvieron parando a todo gabacho que se topaban.

-Oye, ¿sabes que me he tirado a tu madre?

-Pardon?

-Pero me gusta más follarme a tu hermana.

Hasta que una de las víctimas le soltó a uno:

-¿Qué coño dices, tío?

Y nuestros amigos desaparecieron entre el polvo de la carrera.

Amanecía cuando llegábamos a la capital del Sena. Del viaje a Milton Keynes repetíamos algunos, así que decidimos previamente alquilar una habitación de hotel, donde nos colaríamos cinco o seis, para poder darnos al menos una ducha tras el largo viaje por carretera. Todo un día por delante para disfrutar de la belleza de la ciudad de las luces, de los conciertos de mi grupo favorito y Skid Row, más la prometida noche golfa parisina. Mariano García había vendido el viaje con vuelta a la mañana siguiente pero no sé en qué momento nos comunicó que había cambio de planes y que el autobús nos esperaría a la puerta del recinto para regresar inmediatamente.

-Ah, ¿sí? Pues ni de coña vamos a cargar con la bolsa de la muda todo el día. Cuando termine el concierto, volvemos al hotel a por ella. ¡Y que nos esperen!

Al mediodía paseábamos por los Campos Elíseos cuando vimos a unos melenudos en la puerta de un McDonald’s.

-Mira, los Skid Row.

Risas. Avanzamos unos pasos, se nos van poniendo los ojos como platos y salimos todos corriendo mientras gritábamos.

-¡Que sí, que son Skid Row!

El grupo de Nueva Jersey llevaba pegado a la chepa a un equipo de grabación de la cadena MTV con vistas a emitir un especial de esta gira. Más tarde gran parte del material se utilizó para el primer VHS que la banda editó, “Oh say can you scream”. Y ahí salimos, tres segundos, cinco madrileñitos canturreando “Ricky was a young boy…”, el comienzo de “18 & life” junto a Seb Bach. Lo que más nos jodió es que nos rodaron durante casi diez minutos y sólo escogieron un breve instante. Cuando nos topamos con ellos, Sebastian engullía una hamburguesa a la que dio dos enormes bocados y tiró el resto inmediatamente a una papelera, se bebió una cerveza en un santiamén, a continuación eructó y, mientras los otros cuatro músicos se retiraban un poco del plano, comenzamos a hablar con el cantante atropelladamente. Estaba yo contándole que habíamos hecho casi dos mil kilómetros para verles cuando se le ocurrió decir a uno:

-Y a Mötley Crüe.

-“Fuck, Mötley Crüe!”, gritó el guaperas, que se mostraba igual de macarra y casi violento en maneras que en el escenario.

Los mareamos un poco más, le puse al cantante sobre los hombros una bandera española que Javi siempre llevaba a los conciertos en el extranjero, nos preguntó si nos sabíamos sus canciones…

-“Yes, yes!”

¡Y una leche! Nos sabíamos sólo el estribillo de “Youth gone wild” y el principio de “18 & life”, o sea, lo que salió en el vídeo. Aunque también, una de tantas veces que el programa Headbangers Ball programó el clip, utilizó nuestra entradilla y la empalmó con el resto de la canción.

Nos despedimos chocando las manos de todos, se montaron en la furgo y, de repente, nos dimos cuenta de que no nos habíamos hecho ni una foto con ellos. La presencia de la cámara de MTV y la emoción de encontrarte con Skid Row en París nos había hecho olvidar plasmar el momento en nuestras máquinas de retratar. Lo bueno es que durante los dos meses siguientes todas mis amigas querían tocarme la mano que había estrechado la de Sebastian Bach.

(Continuará)