Hay que estar muy loco para titular un disco así en 2021. “Réquiem por Un Hígado Perdido” desafía el carácter pacato y timorato de los tiempos que vivimos para hacer una humorística crónica del consumo desmedido de alcohol. Incluso la portada camina libre por la senda de la independencia, ya que refleja una misteriosa y solitaria calle llena de tentadores locales en los que saciar la sed del candidato a la cirrosis.

La representativa luna de Lycantros luce sobre un escenario que en parte nos recuerda a las ilustraciones de Oker, otra joven banda -cuando lo era- del Heavy Metal madrileño. Directamente vinculada a la portada de “Réquiem…” está la letra de “Puto borracho”, un tema que es puro desfase de alcohol musical. El ritmo y el estribillo de este himno de borrachera se te pegan al cerebro con un adhesivo de contacto hasta convertir su música en un adictivo hit en potencia.

Si lo que se buscaba era un single que durase en el tiempo, aquí lo tienen. Los cinco músicos de Lycantros trotan rápidos y enajenados sobre una producción que refleja perfectamente el espíritu de la tonadilla: fiesta, algo de caos y mucho de esa oda a la cerveza de los germanos Tankard. Incluso si de alcohol de 70º hablásemos, tampoco no cabe otra. El sonido callejero de Lycantros se refleja limpio en las guitarras, acelerado en la base rítmica y lo suficientemente aguardentoso en lo vocal.  

“Recuerdos” arranca con unos postulados del Thrash germano que ponen la casa patas arriba en esta necesaria aportación de letras en castellano para el género que bandas como Angelus Apátrida o Crisix han puesto de moda con su interpretación en inglés. El limpio y al mismo tiempo sucio sonido de los madrileños tiene su propio marchamo, al que sin duda no es ajeno -sino bastante responsable- el productor Juan Antonio Nieto, compañero en las lides periodísticas en esta casa y responsable de la agencia de representación A Tope Producciones.

El hígado del protagonista parece descansar ahora en horizontal, mientras su cabeza comienza a rememorar imágenes confusas que se atropellan en su cerebro. El resultado no es una pesadilla, sino una sucesión tan rápida como la música de impactos visuales y sensoriales, que “Recuerdos” logra transmitir con total fidelidad. Este Metal “epidérmico” de Lycantros resulta bien curioso y por ahí deben continuar su camino para dotar a la formación de una personalidad intransferible.

La versión de ‘Enjoy the silence’ es la tercera pista de este EP, cuya presencia desconcierta por el contraste respecto a las dos anteriores. Nuestro “Puto borracho” descansa ya profundamente dormido y disfruta con el silencio de esta modélica versión de Depeche Mode. Realmente Lycantros parece aquí otro grupo, aunque aplaudimos la valentía de haber escogido un palo tan distinto al suyo natural para descansar un poco de tanta refriega sonora.

El aire que los cuatro “hombres-lobo” del sur de la Comunidad de Madrid dan al archiconocido clásico de los ingleses gustará o no, pero se adivina conscientemente valiente y arriesgado. A nosotros nos convence, aunque no es ni de lejos la canción de Depeche Mode que más nos gusta.

Leo Cebrián Sanz