Retomamos la serie sobre el proceso de grabación de un disco por parte de una banda española. Sólo al final conoceremos el nombre del grupo, para que así su testimonio sea apreciado simplemente por el valor documental de todo lo que aquí se cuenta. En esta ocasión las cosas se han complicado en el estudio, ya que algunos problemas con las tomas del cantante han sembrado la preocupación entre sus compañeros. Gracias al apoyo colectivo, el trabajo se retoma y hasta vuelve la diversión con la presencia de unos jovencísimos colaboradores que rebajan la tensión del día anterior.

 

Lunes, 19 de marzo de 2018

Sabor agridulce, que me distorsiona la realidad

Hoy ha sido un día complicado. Tengo una sensación agria cuando, si lo pienso, no lo es. Tengo el mejor cantante del mundo. Eso es indudable y lo siento tal y como lo digo. Pero hoy no ha tenido un día fácil. Tantos días lloviendo y cambios de temperatura han hecho que su garganta estuviera tocada. El instrumento más delicado de todos.

Como siempre, hemos llegado al estudio para seleccionar micrófonos, cableado y buscar sonido, comenzando tarde la grabación. Encima, mi cantante tenía ganas de meterle mano a un tema, posiblemente el más complicado del disco porque está teatralizado. Los guturales y los melódicos interpretan papeles. Es muy complicado y le ha costado. Las armonías de voces llevan mil de ellos, o sea, que podemos estar hablando de que hay ocho, diez o doce por cada línea en las partes de coral. Luego todo se equipara y parece que sólo hay una, pero el trabajo de fondo es brutal y hay que estar muy en forma para conseguir esas armonizaciones.

Hemos conseguido grabar ese tema y hemos comenzado con las guturales del segundo…, pero hemos tenido que parar. La garganta no podía más, los agudos raspaban y debemos proteger esa garganta. Lo que si está claro es que el tema más complicado del disco lo hemos terminado y que la gran bestia del disco nos la hemos quitado de encima.

Después del ritmo que hemos llevado en días pasados, nos hemos agobiado un poco, sobre todo el cantante, que tenía la sensación de haber fallado. Al final le hemos animado entre todos porque en el estudio ya han dicho que se ha grabado a buen ritmo. Sabemos de lo magnífico cantante que es; la única culpa la tiene el mal tiempo que hace estos días y que nos puede tocar a todos. Como un grande, se ha superado en los momentos difíciles y ha grabado un gran tema, que queda terminado completamente.

El tema era complejo, pero hemos conseguido una hazaña. Si un tema dura cinco minutos y tiene una línea principal, piensa que esto que vas a escuchar son ocho o diez voces. Multiplicando por cinco minutos… son cuarenta o cincuenta minutos si las clavas todas.

Ahora me doy cuenta que ha sido una gran tarde.


Miércoles, 21 de marzo

Un hacha, dos niños, tres dedos y cuatro temas

Un día brutal, mucho trabajo y muchas risas. Hoy venía al estudio mi hijo con un amigo muy fan de la banda. Dos niños de diez años, dispuestos a hacernos un día divertidísimo. Les recogí del colegio, nos fuimos a comer con el técnico del estudio y algún  compañero, y cuando llegamos al estudio me encuentro con la sorpresa de que el cantante había estado toda la mañana trabajando y había hecho los melódicos de dos temas. Impresionante.

Una tarde magistral por parte del cantante; lo clavaba todo y ya está más animado después de la sesión del lunes. Y además, con dos niños que hacían que nos riéramos a cada momento.