Easy Rider presentó su nuevo y recomendable disco Maniphesto en su ciudad y, aunque el ambiente en la sala estuvo caldeado, hay que decir lo de siempre cuando actúan algunas bandas nacionales de esta altura: esperábamos más público, un recinto abarrotado. No se llegó a eso pero entre los asistentes vimos compañeros de medios de toda la vida y algunos músicos destacados y veteranos de la escena madrileña. Es decir, los de siempre, los que conocen de qué va esto, saben elegir y apoyar lo bueno.
El concierto comenzó como el nuevo LP, con el tema Paralysis, y del tirón cayeron también el clásico Changes y Wormwood del disco Evilution. Ese día salía a la venta una edición especial en vinilo de este redondo, al cumplirse veinticinco años de su descubrimiento, y había que recordarlo como merecía. Así que, más tarde, interpretarían The new Jerusalem, Babylon the great y la que da título al trabajo.
El sonido fue impecable desde la primera nota, con el volumen de todos los instrumentos, incluida la voz de Dess Díaz, a un nivel perfecto para poder percibir ‘el todo’ como mandan los cánones. Tras la presentación de la cantante, llegó la canción homónima del nuevo disco y siguieron con dos del recuerdo, del LP Lord of the storm: la de igual nombre y Savage rages.
Los músicos nos anunciaron unos días antes que sólo dejarían dos de las ocho que contiene Maniphesto fuera del repertorio. Interpretaron el par ya mencionado más Prey, Hear my voice -ambas deliciosas-, The deal y Felurian, de la optaron por la versión cantada en español.
Cuando te topas con un grupo tan excelso sobre el escenario como Easy Rider, no puedes saltarte las líneas en las que mencionas uno a uno a los integrantes, no sería justo. Hay que subrayar la maravillosa voz de Dess, que en la interpretación de Hear my voice superó la matrícula de honor; la grandísima técnica y buen hacer de los guitarristas Daniel Castellanos y Javier Villanueva, y del bajista José A. Villanueva. Estos tres llevan toda la vida juntos y conforman una maquinaria perfecta que no encontrarás en muchos grupos ni de aquí ni de allí fuera. Tan solo hubo un par de problemillas con alguna cuerda allá y acá, pero -¡qué suerte!- en ambas ocasiones me pilló en la puerta dando unas rápidas caladas a medio cigarrillo, de modo que no los presencié y me podría haber saltado este comentario. Queda añadir también el merecido piropo al baterista José Roldán. Con un equipo sencillo, sin florituras innecesarias, con técnica, fuerza contundente al golpear y sudor es como nos gusta que se haga el heavy metal.
El conciertazo fue completándose en una fría noche capitalina, caliente dentro de la sala, con aquel tan recordado, tranquilo y querido Tiempo del redondo debut Perfecta creación (año 1997), del que también rescataron los tres temas con los que se cerró la buena actuación: Perfecta creación, Vampire prelude y su exitazo, que todavía muchos cantamos en la ducha sin saber por qué quedan neuronas de aquella década, Stranger. Por en medio también cayeron Visions -de Animal– y Seven -de Lord of the storm-.
Easy Rider es un clásico del heavy metal español, es nuestro Iron Maiden, por decir un nombre, lleva sobre los escenarios casi cuarenta años, sigue fabricando e interpretando -mejor aún- música de gran calidad, es una banda que merece mucho más de lo que recibe… Y tú o te quedaste en casa o elegiste otro bolo. ¡Allá tú!
Jon Marin
Foto principal: José Oro (Facebook de Easy Rider)
