Hace ya unos cuantos años, Marea celebró su primer éxito masivo con la «autoentrega» de unos pequeños y simbólicos discos de oro a quienes de un modo u otro habían contribuido a su causa. Hubo reconocimientos para todos y todas, en una brillante ironía respecto a este tipo de premios que la industria se otorga a sí misma. Para la ocasión fletaron un autobús desde su localidad natal, la navarra Berriozar, con paisanos y amigos que «echaron la mañana» en Madrid junto a sus insignes vecinos -porque sí, la placa de «Plaza Marea» que aparece en el vídeo de «El temblor» es real-. En aquella ocasión hasta se trajeron los alimentos típicos de su tierra, con los que nos invitaron a un catering que más se podría calificar de banquete o degustación de productos autóctonos. Así eran «los Marea» entonces… y por fortuna así siguen siendo en 2019.

No nos cansaremos de destacar cuán frescos y accesibles se muestran siempre los músicos que no tienen contacto directo y constante con los grandes polos del negocio en España. La distancia geográfica les proporciona un aislamiento casi ermitaño, pero al mismo tiempo les permite conservar impolutas sus esencias artísticas y personales. El regreso de Marea es una constatación absoluta de este maravilloso inmovilismo, no sólo en su música («El Azogue» no aporta prácticamente ninguna novedad indiscutible respecto a lo ya conocido), sino en la actitud con la que van por la vida. Y eso nos gusta mucho, vaya que sí…

La rueda de prensa celebrada en la madrileña sala El Sol ha sido una de las más divertidas e inusuales de los últimos tiempos, en contraste absoluto con la planificación milimétrica e impostada con la que se resolvió la del retorno de La Polla Records -salvando a Evaristo, por supuesto-. De todas las formas posibles para contarla a los lectores, hemos elegido la selección de titulares directos para la posteridad, ofrecidos por un Kutxi en estado de gracia. Sus compañeros siguen haciendo piña con el vocalista, repartiendo su papel secundario frente a los medios con una sabia discreción.

Todos hablaron en algún momento, pero quien sembró la huerta de «pepinazos» dialécticos fue el patriarca del Rock Poético. Atentos al micro abierto del cantante, que dio una clase maestra sobre cómo ser divertido y afable a la vez, amén de respetuoso pero claro en la intención. Unos ejemplos de su elocuencia:

  • Sobre las descargas ilegales de música: «Peña que va puesta hasta arriba de cocaína me dice que los discos son caros (mientras simula los efectos del polvo blanco con la mandíbula). ¡Tú lo que eres es un hijo de puta!».
  • Sobre la piratería de los productos oficiales: «Amigo de la camiseta pirata -refiriéndose al periodista que preguntaba-, recuérdame que luego te regale una oficial, que son mucho más bonitas y las puedes lavar hasta con agua fría».
  • Sobre las bandas tributo: «Son el Vox del Rock and Roll. Nadie sabe porqué son legales y porqué hay gente que les sigue, pero ahí están».
  • Sobre la falta de relevo generacional en el público: «Algo está pasando con las nuevas generaciones. No sé si es culpa de la calidad, de que la gente está buscando otras cosas o de si a la peña le gusta el Trap. Y Netflix, ¡eso es una putada! (risas). Netflix nos ha jodido la vida… y por otro lado nos la ha alegrado un montón».
  • Sobre la autenticidad y el carnet de «rockero»: «Igual un día te despiertas medio tonto y empiezas a escuchar Indie. Echa el freno. Nosotros no somos gente Indie, somos Indie-gentes. Somos Rock Urbano, no Rock de urbanización, que es otra cosa».
  • Sobre la Movida madrileña: «Cuatro pijos haciendo cucamonas».
  • Sobre la foto de Fito con Albert Rivera: «Que cada uno se haga fotos con quien le salga de los cojones. Yo no me la haría, aunque depende. Si es educado sí, claro, pero Albert Rivera no es educado… y Abascal nunca va a venir a hacerse una foto conmigo (risas). Con Casado tampoco, que luego me huele la ropa quince días. Con El Coletas, que es un pobre hombre así medio chepado, pues sí, déjale que pase. O igual no…».

En el reparto de bofetadas nominales de autoría compartida hubo guantazos para todos: desde Viagogo y la complicidad de Google con la venta fraudulenta de entradas para los conciertos a la actitud de los políticos en campaña cuando dicen defender la cultura y evitan este espinoso asunto. A propósito de giras con mayor poderío económico, «¿Qué es Live Nation» -«Bueno, tienen una entrada en Wikipedia», bromea el periodista-. ¿Ah, sí? Pues mira, yo tengo dos», responde Kutxi levantándose el sombrero para que veamos esas otras entradas que adornan sus sienes.

Los ocho años de espera de este nuevo álbum están en relación directa a la situación personal del quinteto -varios de sus componentes ya son padres-, de cuya condición hacen gala con orgullo. «Nos hemos dedicado a vivir, beber  (…) y hacer calderetas (…) Suena muy hippy, pero nosotros somos de todo menos hippies«, puntalizó Kutxi en torno al tiempo que se toman para sacar discos.

Asombrados por la gran ciudad como si de unos Paco Martínez Soria se tratara («cuánto comercio», «cuánta gente»), Marea no se achanta ante el vértigo del éxito y las miles de entradas anticipadas vendidas: «Somos más chulos que cagar de pie (…), pero esto no es Los Angeles. No tiene uno que ejercer de estrella todo el tiempo (…) El día que el Rock esté en primer plano, algo estaremos haciendo mal».

El sentido del humor y la positividad de la que siempre hace gala la formación se manifestó generosa en la pasión con la que defienden la implicación de su gente, desde ese Poli Díaz que figura en su primer videoclip («En las encías»), a la permanente inspiración de los sempiternos Rosendo y Roberto Iniesta… y todos esos otros nombres propios que se citan en la canción «Pájaros viejos». «Si hay alguien aquí que no le guste Rosendo o tenga algo en contra de él, en diez minutos nos vemos en la puerta», bromeó Kutxi.

Por fortuna, no hubo bofetadas en el exterior de la calle Jardines. Más bien una saludable sensación de aire fresco en el discurso, como hacía tiempo que no escuchábamos en este tipo de convocatorias. Todo listo pues para conquistar las ciudades de su gira española, en una planificación muy ambiciosa a la que aún quedan por añadir sus fechas internacionales. «He aprendido a decir «Compadre» en inglés: ‘With father’, nos ilustra Kutxi. Lo dicho, Marea en estado puro.

Leo Cebrián Sanz