El guitarrista Manuel Rodríguez acaba de editar el quinto disco de su carrera en solitario, titulado “Atlantis”, bajo el nombre artístico de Rodriguez –así, a secas y sin acento, como hace un servidor cuando firma artículos-.

En las tres entregas previas de esta extensa entrevista hemos hablado de todos los grupos en los que militó nuestro protagonista y de sus diferentes trabajos en solitario, o junto a otros artistas, hasta llegar a “Atlantis”. Seguimos en esta parte final hablando del reciente disco y de Rodriguez como guitarrista.


por Jon Marin


Has mencionado antes, de pasada, el tema de “Atlantis” elegido como sencillo y videoclip: “A land free from war”. Háblanos de él.

-Es un tema que le encantaba a toda la gente que se lo mostraba. Tiene esa calidad accesible que lo hace perfecto para crear interés, pero al mismo tiempo no es banal. La intro, más bien funky, con el contraste del riff heavy funciona, funcionan muy bien juntos. El estribillo tiene una melodía muy pegadiza y, claro está, tiene el fantástico solo de batería de Simon Phillips, algo que no se oye todos los días en un tema. Todos esos componentes me llevaron a la decisión de hacer el vídeo de promoción con ese tema.

Si tuvieras que presentarnos otras canciones de “Atlantis”, tres por ejemplo, ¿cuáles y por qué?

-Diría “Neptune’s call” por su toque de Queen, “The secret” por el ambiente místico que le dan las escalas tipo orientales y “A force within”, que empieza muy esférica, tipo Pink Floyd, y va creciendo despacio convirtiéndose en un Hard Rock melódico con peso; también es la que tiene la letra que más revela sobre mí y mi viaje en este planeta.

¿Has leído o escuchado ya críticas, opiniones, sobre “Atlantis”? ¿Qué dicen del disco?

-Ahora mismo empiezan a salir las primeras y de momento lo están acogiendo muy bien, y la gente que conozco personalmente me escribe contándome que les gusta mucho y también que se identifica con la historia, cosa que me alegra oír.

¿Por qué esta historia sobre “Atlantis” (Atlántida, en español) hecha música?

-Siempre me gustaron los libros de aventuras e historias como la saga del rey Arturo y obras de escritores como Julio Verne, Mark Twain, etc. y, naturalmente, el mito de Atlantis y su cultura perdida siempre me ha fascinado. En mi fantasía le he dado vida a ese mundo como si existiera aún hoy, pero que no es fácil llegar a él. Un poco como Ávalon, donde hay que pasar por las nieblas con un corazón abierto para tener acceso a ese mundo paralelo. El nombre ‘Atlantis’, por sí mismo, ya le da ese toque místico que a mí me gusta y creo que funciona mejor que Piedrafita del Cebrero, ja, ja…

Enfocándonos en ti, ¿cómo te defines como guitarrista?

-Diría que soy un guitarrista melódico que siempre trata de servir a lo que el tema necesita. No soy un shredder o un tren de alta velocidad. Con esto no quiero decir que no me guste, pero no es mi manera de expresarme, aunque si hace falta y el tema lo pide también soy capaz de tocar más rápido. Creo que tengo mi propia voz y sonido como guitarrista.

Y de joven, ¿a qué guitarras escuchabas más?, ¿quiénes se puede decir que son tus influencias?

-Yo los llamo mis cinco primos: Rory Gallagher, Ritchie Blackmore, Michael Schenker, Brian May y Carlos Santana. Esos grandes guitarristas son los que más escuche al principio y los que más llevo en mi ADN. Después, claro, hay muchos más que, de una u otra manera, también han tenido un impacto sobre mí y me inspiran. Gente como Jimi Hendrix, Eric Clapton o, naturalmente, Eddie Van Halen con su técnica de tapping, la cual utilizo en ciertas ocasiones como en el puente del tema “The holy land of Atlantis”.

¿Tienes idea de abrir mercado en otros países de Europa, en Hispanoamérica…?

-Estoy completamente abierto y reaccionaré a lo que pase y donde pase. Pero me estoy dando cuenta de que en el mundo del heavy en España e Hispanoamérica es de donde están llegando las primeras reacciones, y son las más numerosas; cosa que me alegra mucho, ya que soy uno de ellos.

Con una carrera tan larga, seguro que te han ocurrido mil anécdotas curiosas y graciosas. ¿Nos cuenta un par de ellas?

-¿Cuánto tiempo tienes? Vas a llegar tarde a cenar hoy…

-Ja, ja… No te preocupes, estoy acostumbrado a cenar tarde.

-Sí,hay muchísimas y de todos los colores. Pero te voy a hacer un resumen sobre el trabajar con mucha gente en muchas situaciones, en muchos lugares de cuyo nombre no quiero acordarme, je, je… Los que son buenos de verdad en su arte y trabajo suelen ser humildes, ya que saben perfectamente el trabajo y las miles y miles de horas que hay detrás para llegar a un nivel alto. Los gilipollas suelen ser los mediocres que, por un motivo que ni ellos conocen, tuvieron un éxito rápido y se creen ser el ombligo del mundo.

-Me debes nombres para la próxima conversación, je, je…

Esto llega al final, Manu, ¿qué estabas deseando decir y no te he preguntado?

-Primero de todo, darte las gracias por vuestro interés en “Atlantis” y en mi persona. Creo que has tocado todos los temas importantes, pero me gustaría comentar antes de acabar que en “Atlantis” lo nuevo e interesante para mí ha sido ponerle la música a la historia, ya que normalmente suelo hacerlo al revés: primero hago la música y luego le busco una letra.