Solamente he visto una vez en directo a Escuela de Odio y fue con motivo de una edición del festival Derrame Rock a comienzos de esta década, precisamente en su Asturias natal. Recuerdo vivamente las ganas que tenía de escuchar por fin en directo a estos tipos que por su estética parecían componentes de Suicidal Tendencies, pero que le daban al Hardcore cosa fina, con una dureza mucho más evidente que la de los norteamericanos.

A raíz del triunfo de formaciones de Oi! y Street Punk como Non Servium o Kaos Urbano, era raro que los asturianos no aprovecharan para reivindicar su historia de lucha social extrema con costuras musicales tan relacionadas. El Metalcore y el Punkcore están de moda y ambos estilos exigen buenos resultados en el estudio, por lo que EDO ha optado por la muy acertada decisión de seleccionar sus 24 mejores canciones y aplicar sobre los originales un proceso de actualización y mejora que las hace sonar con una pegada brutal y muy directa. Sus acercamientos involuntarios al Thrashcore les hacen además muy apetecibles para un amplio sector de público, dado que los subgéneros citados viven desde hace diez años una feliz readopción por parte del público más joven.

La lista de canciones de este «XXV» incluye títulos tan poco ambiguos como «El 1 de Mayo», «Alerta Felguera», «Los antidisturbios invaden la cuenca minera» o «La vergüenza de Europa», con el atractivo añadido o ocasional en todo su repertorio de algunas de sus letras y/o estribillos en asturiano o bable, como es el caso de «Asturias arde» o «Canciu d’Lucha». El álbum finaliza con una versión del ya manido ‘Zu atrapartu arte’, una canción de Kortatu que va camino -si no lo ha hecho ya- de convertirse en un nuevo himno de esos que terminas aborreciendo por saturación, al estilo de «Txus», de La Polla Records.

Ya que estamos situando a Escuela de Odio en el lugar que se merece, cabe recordar que uno de los últimos discos de los vecinos de La Felguera, el combativo barrio de la ciudad de Langreo, es un directo titulado «Chile Arde!! (En Directo en Santiago de Chile, 2016)». Como sucedió en su momento con El Noi del Sucre y sus precedentes Los Muertos de Cristo, el país austral mantiene una relación muy intensa con varias bandas españolas a las que han acogido prácticamente como propias. EDO es una de ellas, gracias a una discografía constante que no ha conocido renuncias y desvíos en su cruzada por el Hardcore «con mezcla» y la lucha sociopolítica desde la izquierda revolucionaria.

El sexteto «harcoreta» nació a finales de 1993 y ha madurado mediante una cosecha de frutos discográficos que incluye maquetas («La Escuela Del Odio», 1995; «La Razón Del Pensamiento», 1996), un álbum en directo («Que Nada Nos Pare», 2009), el disco compartido con Habeas Corpus («A Dolor», 2010) y otras siete grabaciones de estudio: «El Sueño De Los Que No Duermen» (1998), «De la Esclavitud A Las Cenizas» (2004), «Quien Siembra Miseria, Recoge La Cólera» (2008), «Una Democracia Manchada de Sangre» (2012), «Sólo Nos Queda Luchar (2015) y «El Espíritu De Las Calles» (2017).

El grupo nunca ha formado parte del «estrellato» alternativo de la música con conciencia, pero lleva nada menos que un cuarto de siglo con el cóctel molotov musical en sus manos. Resulta significativo que sea Nano, de Habeas Corpus y Riot Propaganda, quien loe la trayectoria ideológica de la formación en la nota de prensa que acompaña el lanzamiento de este CD, que completa su despliegue artístico con un formato digipack, acabado metalizado en la portada y libreto de 16 páginas.

Leo Cebrián Sanz