Manolo Rock es todo un personaje, un agitador de la movida valenciana, que la capital del Turia también la tuvo. En los noventa fundó el proyecto Huevos Duros. Tres trabajos en tres años y adiós, salvo alguna reedición hace tiempo. Pero, sorpresa, en estos días el grupo renace con un inesperado nuevo disco, “Emotional intelligence”, y es una oportunidad perfecta para hablar de todo un poco con Manolo.
por Jon Marin
Para nuestros lectores más jóvenes o los despistados, cuéntanos lo que fue Huevos Duros en los noventa.
-Mi despertar a la creatividad, como desvirgar nuevas inquietudes musicales. En este mundillo ya había tocado muchos palos y sólo me faltaba montar un grupo y parir mis canciones, además de tomar absolutamente el control de toda la historia: composición, grabación, producción, diseño gráfico, ser mi propio mánager… Tres años intensos en los que disfruté muchísimo con la propuesta de Huevos Duros.
Los discos “El sistema te quiere sano, quedan muchos cerdos por engordar” y “Grandes éxitos de la humanidad” se republicaron alrededor de 2014. ¿Notaste un renovado interés por parte de prensa y público?
-Los tiempos cambian, y los modos de difusión y distribución, también. El tema de reeditarlos en descarga digital y con unas gráficas más cuidadas que las originales simplemente surgió como una necesidad personal. Pensé que era un buen momento para que aquellos dos discos estuvieran disponibles en todas las plataformas de streaming. Me maravilla saber que cualquier tipo en el último rincón del mundo puede acceder a mis canciones. Es un flipe. En cuanto al recibimiento por parte del público y los medios de comunicación, pues como todo, hubo a quien le moló y a otros a los que se la trajo al pairo. Eso sí, también aparecieron nuevos seguidores más jóvenes que no sabían nada del punk melódico doméstico industriaLSD, ni de estos dos discos.
Fuiste alguien muy activo en la escena musical de Valencia.
-Fuiste, es tiempo pasado…
-Ja, ja… Bueno, perdona.
-Creo que aún sigo, a mi modo, dando por saco en los frentes que me apetecen en cada momento. Retomando tu pregunta, llegué muy joven, allá por 1979 y con 19 años, a la capital del Turia y enseguida me involucré en el underground musical de la ciudad. Debuté como mánager personal con La Banda de Gaal, los que posteriormente arrasaron por toda España como Glamour. He pinchado y programado dos clubes con mucho carisma y aún recordados por la afición: Gasolinera, Gasofa para los amigos, y Garage Arena. He sido promocionero de DRO en Levante. Como mánager repetí con Gabotti, Cómplices -los punkis valencianos-, Surfin’ Bichos, Comité Cisne, NES, Imprevisibles, Los Cangrejos, Transfer… Monté Subterráneo Records, pasé por Roxy Club para dirigir el fantástico concurso Valencia Sona, que ganaron en sus dos primeras ediciones Species y Cultura Probase…
Sigue contando Manolo:
-He escrito articulillos y notas para diferentes medios locales, como Wah-Wah Magazine o el Mondo Sonoro, edición Valencia; también un libro dedicado a mis andanzas por el mundo subterráneo de la Comunidad, que abarca desde 1980 a 2000, dos décadas…
-Sí, se titula “Yo, M. Rock en la Valencia subterránea”. Me lo sé de memoria porque tuviste el detalle de incluirme.
-Así es. Como ya he comentado anteriormente, he tocado muchos palos y me considero un ‘4×4’ de las cavernas contraculturales. Seguro que se me quedan cosas fuera, pero como botón de muestra, creo que está bien para situar mi persona en esta querida ciudad.
¿Qué te lleva a estas alturas a retomar el proyecto de Huevos Duros y grabar un nuevo LP, cómo y cuándo nació la idea?
-En casa siempre he dispuesto de un estudio doméstico de grabación, lo que todos conocemos como home studio. Hablo desde los tiempos de Huevos Duros, allá por 1995. La diferencia de aquella época es que eran casi los comienzos de la informática musical, por lo menos a nivel de usuarios en general, y todo era muy caro. Sin embargo, ahora todo es mucho mejor y más barato, tengo un PC al que llamo La Bestia, programas originales como el Cubase, Kontakt, plugins de instrumentos y efectos a raudales, buenas escuchas, buenos micros… Un sueño casi imposible en los noventa convertido en realidad con el paso del tiempo. Con esto quiero decir que, realmente, Teyma y yo nunca hemos dejado de trastear, al margen de que lo que hiciéramos se quedara en nuestros archivos sonoros y no lo sacáramos a la luz.
(Teyma M. es bajista y Manolo Rock se encarga de los teclados, caja de ritmos, programación y ruidos).
-Somos capaces de disparar una secuencia, un loop repetitivo y estar dos horas jugando por encima de él. Nos resulta divertido y creativo, y además es una buena terapia de pareja. Volviendo al momento presente, las pasadas Navidades, dando un paseo por Torrevieja (Alicante), conocí a Gerard (Fletcher), un inglés cuarentón, buscavida bohemio y asqueado de la industria musical. Hicimos buenas migas y entre su pobre español y mi hija Ángel ejerciendo de eficiente intérprete, le propuse un par de semanas después el proyecto de “Emotional intelligence”. Además, era una deuda que tenía pendiente con mi hermano Juan y mi cuñado, también hermano, Jesús; ambos fallecidos no hace mucho y a los que va dedicado este trabajo.
Antaño, los discos de Huevos Duros estaban cantados en español. ¿Por qué ahora en inglés?, ¿precisamente porque te topaste con un cantante británico?
-Sí, por pura lógica. En los otros discos la voz la ponía yo, pero en esta nueva aventura he contado con un tipo que su lengua materna es el inglés y, además, mi hija Ángel es graduada en Filología Inglesa. He escrito sin ninguna presión todas las letras de este disco, porque era consciente de la excelente supervisión que tenía detrás. A todo eso le puedes sumar que, tal y como está articulado hoy el mundo, internet y sus redes sociales, me pareció más adecuado tirarnos a la piscina en el idioma de la Gran… Bretaña. ¡Y para qué silenciarlo!, en el rock, en inglés todo suena mejor.
Respecto al estilo musical, parece que la cosa ha cambiado.
-Soy una persona sonoramente camaleónica, no tengo obligaciones con nadie. Lo que hago es por puro hedonismo, filosofía que aplico a mi vida en todos sus aspectos, y un estilo musical no iba a ser cortapisa de nada. Soy muy fan de los sonidos ochenteros, de sus maravillosos ecos, delays y reverbs, cajas de ritmo, capas y texturas, sintes, elegantes y siniestras guitarras… Sé que no estoy descubriendo nada, pero estoy convencido de que “Emotional intelligence” es un gran álbum, y que, si pudiéramos viajar al pasado, mi querido Jorge Albi lo estaría pinchando en Barracabar y Toni ‘el Gitano’ en Chocolate. No vivo de esto, no necesito ni girar ni vender discos, eso me da libertad absoluta para crear en la dirección que me apetezca en cada momento. A lo que sí me niego en rotundo es a estar repitiendo la misma canción, disco tras disco, como hacen algunos de nuestros grandes… Añade tú los nombres que quieras.
-¡Uy!, no me des pie, que la liamos…
Sigamos mejor con Huevos Duros. Aunque ya has mencionado algo, dinos algo más de tus actuales compañeros de viaje.
-Creo que están más que presentados, pero añadir que Teyma, la bajista, es mi mujer y llevamos 45 años juntos. Es mi equilibrio, es mi cómplice, es todo en mi vida. Y sobre Gerard, voz y guitarra, sólo puedo añadir que aparentemente puede parecer la típica atractiva historia del perdedor que todos conocemos, pero para nada. Gerard es un tipo con mucho mundo corrido, con talento para dar y regalar, y que he sido muy afortunado con que se cruzase en mi vida.
Si tuvieras que elegir, por ejemplo, tres temas de “Emotional Intelligence”, ¿cuáles y por qué?
-Considero este disco como un todo, como un álbum conceptual. Lo siento por los amantes del TikTok y los polvos con eyaculación precoz. (Risas del entrevistador). “Emotional intelligence” está concebido para disfrutarlo desde el comienzo hasta el final. Son cincuenta minutos de intensidad en los que te tienes que embarcar con el protagonista para vivir sus emociones, sus subidas y bajadas, y descubrir con él ¿la verdad?
Habéis lanzado un videoclip de la canción “You” como sencillo de presentación.
-Es un videolyric sencillo que me ha hecho Awais, un chico pakistaní que ofrece sus servicios en una plataforma llamada Fiverr. Creo que este tipo de formato ayuda a su difusión vía plataformas como YouTube. La canción en sí está dedicada a ese Joe Goldberg que casi todos llevamos dentro y que unos sabemos reprimir y otros lo sacan a la luz de manera irreprimible.
¿Consideras importante lanzar los temas con su vídeo en la actualidad? ¿Habrá más de “Emotional intelligence”?
-A mí me gustaría poder sacar videoclips de las canciones, pero ni el presupuesto ni el talento dan para eso. Necesitaría gente especializada en ese campo que desarrollase una buena historia gráfica para vestir la canción. El simple clip con la peña haciendo un playback, a día de hoy, no lo soporto: me parece una mierda. Una buena canción, complementada con unas buenas imágenes, da lugar a un maridaje audiovisual que se complementan a la perfección. Totalmente a favor de los vídeos. El segundo videolyric que tenemos preparado para noviembre es el de la canción “Rider in my head”, que vuelve a desarrollar Awais.
(Continuará).
