El pasado sábado 15 de mayo Christel Teruel falleció en Pamplona, la ciudad en la que desarrolló su carrera musical en varios proyectos consecutivos. La primera experiencia artística de esta auténtica pionera del Rock femenino fue como parte integrante de la banda Necrofilia, formación cuyo batería era Rubén, de Tijuana In Blue. Posteriormente Christel formó parte de Malos Tratos, banda navarra nacida en 1986, que editó su homónimo disco de debut con el sello Soñua el mismo año de su fundación. El grupo lo componían el guitarrista y cantante Txema Arteta, el bajista Luis Chaves “Piti” y el batería José L. Landa, el primero que tocó ese instrumento en Barricada.

Su siguiente álbum fue “Muerte o Locura”, en el que ya participó esta vocalista, guitarrista y compositora. Salió al mercado en 1988 y lo publicó otra independiente local: Nola. La misma marca pondría a la venta dos años después el tercer LP de Malos Tratos, “El Beso del Camaleón”, en el que Jokin Taboada tocó el teclado y Txema volvió al micrófono.

Christel había abandonado el cuarteto en 1989 y tardó en volver a pasar por el estudio. Siempre en terrenos del Power Pop o el Pop-Rock de calidad, la cantante y guitarrista se volcó en su propio sonido en su homónimo y a la postre único álbum en solitario. Se tituló «Soy Tu Sangre», contó con un productor estrella como Eugenio Muñoz y lo editó RDK en 1993.

Tras esta aventura individual formó parte de La Viuda Negra, grupo femenino con el que editó un homónimo CD en 1998 publicado por Clan Records. Habían sido finalistas del séptimo concurso Villa de Bilbao y su premio fue la grabación de este disco. De aquel repertorio destacó su versión del tema de Las Grecas «Te estoy amando locamente», con el que consiguieron salir en televisión en una época en que las puertas estaban prácticamente cerradas a cualquier artista de Rock. Fue en el programa «Crónicas Marcianas», pero no supuso una mejora real de sus expectativas.

En la banda le acompañaban la guitarrista Janis Ortiz de Zárate -también en Matraka en 1990-, la bajista Puri Alcelay -Belladona y Matraka- y la percusionista y batería Eva Fernández. Fue por lo tanto otra de nuestras escasas bandas íntegramente femeninas, al igual que las más endurecidas Pléyade o Saday lo estaban haciendo en paralelo en las tesituras del Heavy o Hard Rock, los estilos abordados por el documental «Ellas son Eléctricas». Hacia 2013 tomaron la forma de El Ansia de la Viuda, actuando ese mismo año en un homenaje al también desaparecido Josetxo Ezponda, de Los Bichos.

En 2020 Christel seguía con ganas de hacer música y se planteó una reunión de La Viuda Negra a cuenta de un evento organizado por el periodista local Rudy Goroskieta. Se trataba del festival Nosotras-Gu emakumeok, a celebrar en la localidad navarra de Burlada. Su participación no fue posible por temas de salud, pero según señala Nerea Alejos en su noticia para el periódico Diario de Navarra, el pasado mes de marzo Christel anunciaba que estaba preparando cuatro composiciones propias y otras tantas versiones. Su intención era presentarlas en Pamplona en compañía de sus antiguas compañeras.

Christel practicó un Pop endurecido que por momentos recordaba lo que estaba haciendo en
la misma ciudad Aurora Beltrán, primero en Belladona y después en Tahúres Zurdos. En ocasiones se adentró en ese Rock Urbano tan callejero de su ciudad, con el que demostró su calidad como compositora y artista independiente. Su imagen no pasaba desapercibida por rompedora e identitaria y era propia de ese Pop-Rock Gótico con el que también coqueteó en algunas de sus interpretaciones.

Leo Cebrián Sanz