Durante las últimas horas la comunidad rockera y metalera de Castilla-La Mancha se ha visto fuertemente impactada por la noticia del súbito fallecimiento de Javier Amador Ferand -más conocido como Woody Rockefort-, una persona muy relevante dentro del mundillo musical de la región. Algunos de los redactores de LosMejoresRock.com le conocimos hace tres años con motivo de la celebración del Hell Rock Fest en la que participó el grupo Lordi. Fue un encuentro cordial, que dio inicio a una relación de compañeros que en alguna ocasión nos hizo plantearnos algún tipo de colaboración mutua.

Woody llevaba algunos meses promocionando entre los compañeros de la prensa su web y emisora online del mismo nombre: Radio Rockefort. La existencia de una plataforma que emitiera música dura las 24 horas del día desde una provincia y capital como Ciudad Real nos sorprendió desde el instante mismo en que supimos de su existencia. A Javier siempre le acompañaba en esa época el fotógrafo Pedro Doblado, con quien durante mucho tiempo hizo tándem en la cobertura de cuantos eventos se producían en su zona. Ha sido el profesional gráfico quien ha difundido la noticia desde su Facebook, con un emocionado recuerdo hacia quien tantas horas y momentos especiales compartió con él.

Desde músicos como Manu Othar o Ángel Montañés, de los manchegos Vinodium, a cuantos le conocían por su trabajo en la barra de la sala Nana, las redes sociales más afines y locales se han llenado de mensajes de condolencia, a la par que cierta estupefacción por una muerte de la que apenas han trascendido detalles.

Hace apenas unas semanas Woody anunciaba el final de temporada de este último curso de Radio Rockefort On Line, emplazando a sus seguidores a seguir al día de la actualidad desde sus distintas herramientas mediáticas. Su ilusión continuaba intacta y firme su apoyo a las bandas locales, a las que siempre brindó oportunidades desde su plataforma de difusión. La pérdida de Woody es la de un agitador poco conocido fuera de su ámbito provincial, pero que durante los últimos años estaba realizando un trabajo de fondo muy valioso. Su defensa de la cultura del Rock la ha hecho hasta el final de sus días en unos tiempos complicados para el estilo y en un territorio poco dado a valorar este tipo de esfuerzos.

Woody vivió la vida con intensidad y disfrutaba cada momento con una vehemencia indiscutible. Brindamos imaginariamente porque lo siga haciendo allá donde esté su espíritu, ahora que físicamente ya no está entre nosotros. Descansa en paz, amigo, y choca esa cerveza para celebrar el recuerdo de los buenos tiempos vividos con la gente de esta casa.

Leo Cebrián Sanz