Texto: Jon Marin
Fotos: Cihuatl Z. y Jon Marin – Foto principal (Fear Factory): Israel Lorenzana
Sí, lo más importante en un festival es la música, pero cuando se trata de un «evento masivo» se agradece mucho que lo rodeen todo tipo de alternativas. Catorce horas se pueden hacer muy largas, los responsables del Hell & Heaven Fest lo saben y por ello cabe reseñar todo lo que viene a continuación:
Congratula la gran variedad y cantidad de puestos de comida, de todo tipo, y el numeroso personal que, sin que tengas que moverte del sitio desde el que estás viendo el concierto, bandeja en mano o sobre la cabeza, te ofrece cerveza, mezcal, cigarrillos o… ¡sopa al estilo chino! Eso sí, los europeos que nos estén leyendo que no piensen que aquí se bebe barato; este día un vaso grande de cerveza, que no llegaba al tamaño del «mini» español, pues tenía una capacidad de 710 cl., costaba 100 pesos mexicanos, o sea, 5 euros. Si querías una pequeña botella de mezcalito, la cosa salía por unos 3 euros (60 pesos).
Quien firma ha recorrido festivales de varios países desde hace más de veinte años y creo que es la primera vez que no soporta esperas en ninguna cola para poder descargar toda la cerveza ingerida cuando era oportuno. ¡Enhorabuena por el gran despliegue de servicios portátiles a lo largo y ancho de todo el recinto!
Desde que llegas te encuentras con numerosos stands para simplemente hacerte una foto o disfrutar de actividades: Los niños tenían la zona «Kids & Heaven» y a los mayores no nos faltaron atracciones, áreas de hierba para descansar, mesas y sillas para comer, tiendas variadas (me decían que las camisetas de Twisted Sister estaban siendo las más vendidas) y hasta podías pedir que te leyeran en las cartas el futuro o recibir descargas eléctricas de parte de un verdugo –los famosos «toques-toques» en versión amplificada-.
Las horas de estancia también se hacen más divertidas gracias a los continuos personajes disfrazados que te vas encontrando por todo el lugar. Ya no sé qué fue más placentero: refugiarme junto a un ángel o que me trataran las malvadas enfermeras.
Me dijeron, pues no lo vi, que durante las primeras horas también hubo la oportunidad de fotografiarte con especies como águilas reales, búhos y cuervos; así como era posible salir del festival con un nuevo tatuaje, previo pago, eso sí.
Como oferta cultural -además de la música, claro- la empresa Creators of Legends se encargó de presentar una exposición con más de sesenta obras de arte internacional con muestras provenientes de Suiza, Alemania, México, España y Estados Unidos incluyendo obras plásticas del cantante de Rammstein, Till Lindemann, y del fallecido creador de Alien, H.R. Giger.
¿Alguien da más? Esperemos que el Hell & Heaven 2017.
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