Antes de que Manolo Rock decidiera dar una nueva vida a su grupo Huevos Duros, lo último que supimos de su banda fue un EP de tres canciones titulado “Segundo Lustro”, compuesto por tres temas de lo más curioso. “Molotov desventao” era una suerte de parodia e incluso se diría que sátira sobre el grupo mexicano que tanto éxito tuvo en España, cuyo canción “Puto” generó una polémica que aún hoy se recuerda. “Infamia” y «Cortar, pegar y repetir» completaban la terna en aquel 2013.

Remontándonos al comienzo mismo de la aventura, la primera muestra de este proyecto unipersonal que parte de un PC, varios módulos de sonidos, teclados y software musical fue la cassette “Un Tributo A… Miss Cojones!” (Collons Records, 1998), que ofrecía una generosa ración de diecinueve composiciones.

Con todo, el primer disco “oficial” del proyecto fue un álbum denominado “El Sistema Te Quiere Sano, Quedan Muchos Cerdos por Engordar”, que incluyó doce canciones bajo el paraguas logístico de su propia Subterráneo Records. Corría el año 1997 y apenas habían pasado dos años desde la incubación de los Huevos Duros. En este catálogo destacaba otra diatriba en torno a un popular artista -en este caso el cantante de Héroes del Silencio-, a quien se dedicó una base de ‘Light my fire’, de The Doors, convertida aquí en “Quiero ser Bunbury”. El tema cayó en gracia, ya que el locutor Juan Carlos Prieto lo eligió como sintonía para su sección “Teloneros” del programa de Radio 3 en el que colaboraba.

Por su parte, “Grandes Éxitos de la Humanidad” reincidió en 1998 con un “sonido lo-fi computerizado” y letras que jugaban con la denuncia social, el sexo, las drogas y el humor ácido. Fueron 16 píldoras de Pop y Rock al estilo Lo-Fi, varias de ellas autorrefenciales y deliciosamente “raritas”. El incorregible Manolo Rock terminó la década con el ya citado “Cortar…”, que un año después formó parte del recopilatorio “La Filoxera”.   

Leo Cebrián Sanz