Los madrileños Kinnia son tan capaces de actuar en un centro cultural para un público de todas las edades como de hacerlo en salas netamente rockeras como la Rockville madrileña o la Urban vitoriana. También han estado presentes en eventos de recreación histórica, caso de ferias medievales, los campeonatos europeos de combate medieval en el castillo conquense de Belmonte o el Mercado de la Aljama de la madrileña localidad de Alcalá de Henares. Forman parte del circuito de música celta en vivo, e incluso han actuado fuera de España o como parte de festivales temáticos del género.

Su ‘Celtic Folk Music’ es perfectamente asumible por una audiencia mayoritaria, pero también por el más especializado seguidor y amante del Folk Metal. La categorización entrecomillada fue la que tituló su álbum de debut en 2017, en el que realizaban versiones y adaptaciones de temas populares y tradicionales (‘Whiskey in the jar’) y otros de naturaleza e inspiración cinematográfica (‘Game of thrones’, ‘The last of the mohicans’…). En aquella primera grabación figuraron Nico Carpenteri (voces, guitarra y mandolina), Jorge Escudero (guitarra) y Jezabel Martínez (violín). Hoy por hoy, Jorge y Jezabel continúan adelante con una formación en la que son novedad Pablo Merchante (voz), José Luis Frías (flautas y gaita) y Bardo Malkavian «Gato» (percusión).

La interpretación de la música irlandesa de raíces por parte de Kinnia pasa por su fusión con la cultura mediterránea, las sonoridades árabes, la danza oriental, la música clásica y algunos arreglos y aires propios del Rock. No hay electrificación en sus composiciones, pero tampoco se echa de menos. La fantasía y la épica pueblan sus canciones originales, que en el caso de su disco de este año, ‘Drink For The Fallen’, giran en torno a la fiesta y la celebración. Hay tantas ganas de salir de la pandemia que este tipo de mensajes de exultante optimismo están saliendo de forma espontánea y sin duda necesaria.

En la visión artística de Kinnia hay espacio para la improvisación, pero poco a poco la banda va asentando una línea clara de trabajo que a buen seguro se definirá más y más con el tiempo. Han pasado de priorizar lo instrumental a interpretar en inglés, aunque uno de sus últimos títulos recurre al castellano para glosar «Las hogueras de San Juan».

Leo Cebrián Sanz