Gus ya se lo dijo a José Ramón Nieto «Kema púas» con motivo de la entrevista que le hizo durante la grabación de su nuevo disco: «estamos preparando algo grande» vino a ser su mensaje. Y en efecto, ‘Deiwos’ entra fuerte en el panorama del Folk Metal internacional con el siempre complicado marchamo de álbum conceptual.

 

 

Antes de abordar ciertas cuestiones, el quinteto explica así el hilo argumental de los quince títulos que componen su nueva producción: «‘Deiwos’ trata, a través de ciertas deidades Ctónicas del panteón celtíbero -como son Airón, Navia y Ataccina-, la dualidad que ellas representan: la luz y la oscuridad, la vida y la muerte… Bajo la tierra están la oscuridad y la muerte, pero desde ese lugar también crece la vida en el exterior, siendo los ríos, las corrientes y los pozos sendas entradas a ese inframundo. Todo está tratado de tal manera que hila con esa misma teoría -aplicada al «yo» individual-, con la que descubrir la naturaleza interior, los impulsos terrestres del Sí-mismo y las profundidades materiales de uno, sin que necesariamente ello implique connotaciones negativas. Así pues, este disco trata en cada canción de describir esos impulsos mediante el hilo conductor de la historia y de esas deidades Ctónicas».

Dicho queda, aunque la complejidad y el desarrollo de la idea obligan a consultar con suma concentración las explicaciones concretas que acompañan a cada letra de ‘Deiwos’ en el libreto del CD. La intención es que el oyente entre de pleno en el universo propuesto, en el que hay numerosas partes recitadas y un torrente apabullante de alegorías e intenciones temáticas.

‘The wolf I man’, por ejemplo, aborda el caso de Marcos Rodríguez Pantoja, el niño español que se crió entre lobos hasta su posterior y complicada integración en la sociedad. La película «Entre lobos», que Gerardo Olivares dirigió en 2010, relata su odisea y es totalmente recomendable para entender lo que cuenta la letra de la canción. Incluso las instrumentales ‘The shadow of the lynx’, ‘Navigium isidis’ y ‘Gallaecia II’ cuentan con su propias apostillas, ya que todas las escenas e historias descritas están relacionadas entre sí mediante un mismo punto de vista de la musicalidad predominante.

Realmente el esfuerzo artístico desplegado por Celtibeerian se puede calificar de titánico, como si de un álbum de los norteamericanos Virgin Steele inspirado en la mitología griega se tratase. Más que nunca se impone el formato físico para leer y disfrutar de este puzzle que comienza con la ‘Intro: From deep waters’ y termina con la ‘Outro: The spirit of our inner nature’.

Las sorpresas surgen por doquier, ya sea en forma de caracteres rúnicos como elemento identitario como en el uso episódico del euskera y el instrumento tradicional vasco de la txalaparta en ‘Txoria txori’. Su letra la firma Joxean Artze y la música ha sido adaptada de un original del cantautor Mikel Laboa. La tradición autóctona más pura vuelve a manifestarse en las bases musicales de ‘Gallaecia II’, que no son otra cosa que la segunda parte de las «muiñeiras» metaleras «Alborada de Veiga» y «Polka de Vilagarcía».

La lección de historia celtíbera corre a cargo de los profesores Gus (voces y bajo), Julián (guitarras y coros), David (arpa, viola, gaitas, whistles -silbatos-, arpa, bouzouki… arreglos y coros), Vity (batería, percusión y coros) y Patricia (voces y violín). La combinación y el contraste entre la áspera voz de Gus y la más suave de Patricia juegan a favor de unas partituras a las que también aporta su puntual ayuda Miriam Baz (Vita Imana), que toca el djembé en ‘Navigium isidis’ y ‘Puellae gaditanae’.

Las voces en off de entrada y salida corresponden a Hytham J. Chloukn (Dash), mientras que David García se ha encargado de investigar y plasmar todo lo relativo al lenguaje celtíbero que incluyen algunas canciones de ‘Deiwos’ -existen también hay algunos títulos de una indudable sonoridad latina-. Con el resultado ya contrastado, Gustavo Infantes se ha ocupado de escribir las partes de tan arcaica herencia comunicativa. En este trabajo en equipo hay que incluir más que nunca a la dupla responsable del trabajo artístico en la portada y el libreto: el fotógrafo rockero Javier Bragado y el dibujante Jan Orkki Yrlund (Darkgrove), desde la siempre creativa Finlandia.

Nos complace sobremanera ver a «La Dama de Elche» como referente central de la portada. Celtibeerian siempre se esfuerza por defender y dignificar la cultura de lo propio frente a los manidos tópicos de la tradición céltica que reinó del mar Cantábrico para arriba, y que tantas veces hemos visto repetidos en la imaginería de este tipo de bandas.

La compleja planificación de Celtibeerian encontró su acomodo en los madrileños estudios The Metal Factory, con Álex Cappa al mando de la mesa, y sobre todo con la masterización en los Finnvox Studios de Mika Jussila, en ese paraíso para el estilo que son las ya citadas tierras finlandesas. Los 48 minutos de ‘Deiwos’ están exprimidos al máximo y exigen no un par, sino un par de docenas de escuchas para profundizar en su festín instrumental y disfrutar a conciencia de cada uno de sus detalles de estos amantes del nuevo Folk electrificado.

Leo Cebrián Sanz