El día 12 de Octubre se celebra la Fiesta nacional española… y nada tan español como la crítica destructiva y exagerada de los ídolos populares o referentes culturales. El rock no es ajeno a este mal endémico patrio, y para comprobarlo nada como seguir con atención la desmedida corriente de opinión que se ha iniciado en redes sociales contra Barón Rojo a raíz de su actuación en el reciente festival Rocktiembre.

No hemos querido escribir sobre este fenómeno viral para no aumentar la injustificada polémica, pero el asunto está pasando a mayores con la implicación de los medios generalistas. Algunos de ellos están aprovechando para llamar la atención de sus lectores con artículos tan ventajistas como el publicado en el diario digital El Confidencial el pasado día 7 bajo el entrecomillado título de «Barón Rojo debería reflexionar sobre su vida y sus miserias».

El autor del mismo es Víctor García , que dentro de su sección Área Rock introduce la noticia con el antetítulo «Sus débiles actuaciones, en boca de todos».  En su texto el redactor recurre a los testimonios de El Pirata y Mariskal Romero para afianzar aún más los argumentos de los críticos de Armando y Carlos De Castro. Creemos que es una pena que El Confidencial, autoproclamado «El diario de los lectores influyentes» (y uno de los favoritos de su columnista la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre) recurra a un enfoque tan negativo para dar cobertura a un evento como la histórica velada celebrada en Las Ventas.

maxresdefault

Tal está siendo el «pim, pam, pum» al que se está sometiendo a los hermanos De Castro que incluso algunos compañeros de profesión están saliendo en su defensa. Dos ejemplos son los comunicados en Facebook de José Carlos Molina, líder de Ñu, y Carlos Pina, cantante de Pánzer, que se han expresado respectivamente en los siguientes términos:

JC Molina: «Sólo decir que Rocktiembre no es el festival de Eurovisión y no es un festival de puntuación, sino de exposición. En él unos cuantos grupos intercambiamos un poco a nuestro público para que nos volvieran a ver y a reconocer no se trata de ganadores ni de perdedores, ni de sacar a nadie a hombros ni de elegir a quién quemamos en la hoguera.

Este país es muy dado a todo esto. Lo digo porque tengo los guebos pelaos de haber sido el elegido como culpable en la hoguera durante todos estos años y realmente nada ha cambiado. Soy el mismo capullo. También decir que esto no ha sido un concierto de despedida de nadie y que todos mis compañeros hacen una música muy buena y muy seria, desde el primero hasta el último.

Naturalmente que todos hemos tenido tiempos mejores y peores, ¡ojo! Sólo daros las gracias por haber ido; tomaros la vida con más relax y disfrutar de la variedad musical que tenéis la suerte de encontrar en todos estos grupos, que esto no es la Champions League de fútbol. No necesitamos ningún campeón. El trofeo está en tocar y cantar para vosotros de vez en cuando.

Muchos besos, amigos».

maxresdefault-1

Carlos Pina: «He leído sobre Barón Rojo un artículo muy negativo, que me ha llamado la atención. No puedo por menos que sacar la cara por ellos, aunque no estuve en su concierto. Aunque nadie la sacó por nosotros nunca, por mi banda; ya sabemos la cobardía de los músicos de rock españoles, interesados pero poco comprometidos.

No es justo que se desprecie así a quienes han cosechado tanto éxito, por tanto esfuerzo. Ningún mal concierto merece tanto desprecio. Las críticas son saludables, pero querer hundir a un grupo suena a plan urdido desde la carroñera postura de los tontos de siempre, resentidos tocapelotas.

Sólo hace falta algún plumilla deseoso de ponerse medalla para machacar al hundido y el círculo se cierra. Y claro, a estas alturas, hablar mal de un grupo de rock parece que a poca gente importa. Pero me llama la atención, que las organizaciones de conciertos, muy desastrosas casi siempre, nunca tienen culpa de sonido y producción. Siempre ajenos al resultado final, cuando son mas del 70% del mismo.

Encima de tener que luchar contra otros elementos adversos. Cuando suenas bien, caes mal al periodisto de turno. Cuando suenas mal, el equipo nunca tuvo la culpa y el grupo es una mierda. Cuando el disco es bueno, no tiene distribución. Así, no merece la pena seguir, pero aun así, seguimos.

El heavy clásico no es lo que era, claro, porque es historia, nuestra historia y fue grande. Los nuevos grupos, con mas facultades físicas por edad, son mejores, aunque tal vez no lleguen al éxito de otras épocas, porque los periodistos prefieren hablar de lo malo de los mayores. Las críticas constructivas tienen su terapia.

El periodismo de mofa, de revancha, no sirve para nada. Si los viejos grupos tienen que jubilarse, también han de jubilarse las opiniones dañinas y las de ciertos visionarios trasnochados. Hay que jugar limpio.

Bonna Nit».