Psiglo fue ni más ni menos que el mejor grupo uruguayo de los años 70, que por circunstancias políticas terminó recalando en España poco antes de la muerte del general Franco. En él participó el futuro teclista de Asfalto, Jorge García Banegas, ya entonces en el órgano y piano eléctrico, y el que habría de ser pilar básico de Barón Rojo, el batería Hermes Calabria. La banda inició la década practicando un Hard Rock  inédito en su país, que despertó el interés en la vecina Buenos Aires hasta el punto de que el quinteto fue invitado al histórico festival Barock, también conocido como Buenos Aires Rock. Iniciaron su trayectoria haciendo versiones de Deep Purple, Jimi Hendrix, Chicago y el Carlos Santana más latino.

El primer gran éxito del combo -que se estabiliza con Rubén Melogno a la voz, Luis Cesio a la guitarra, César Rechac al bajo, Gonzalo Farrugia a la batería y el citado García Banegas al teclado- llegó en 1972 con el tema «En un lugar un niño». Un año después registraron su debut en LP: «Ideación». El vinilo incluyó una nueva versión de su éxito sencillo, además de otro tema que prolongó su éxito popular: «Vuela a mi galaxia». Psiglo giró por su país con gran aceptación popular, mientras se convertían en asiduos de los bailes o conciertos organizados para colectivos estudiantiles, repitiendo presencia en la segunda edición del Barock. El 29 de agosto de 1973 recibieron un disco de oro por las ventas obtenidas por «Vuela a mi galaxia» (el primer simple grabado en estéreo en Uruguay), que recogieron en el transcurso de una gala televisiva en el Canal 12 de Montevideo. Ese día presentaron su disco con un envidiable despliegue mediático.

El mal endémico de Latinoamérica en los setenta -las dictaduras militares-, les obligó a cambiar de residencia a la capital argentina durante 1974, donde grabaron su segundo long-play: «Psiglo II» y siguieron tocando con regularidad. Los Psiglo «argentinos» dieron la bienvenida al bajista Gustavo «Mamut» Muñoz, lo que motivó que César Rechac pasara a encargarse de la guitarra. Luis Cesio, en cambio, prefirió quedarse en Uruguay. «Psiglo II» fue un disco experimental, influido por el trabajo de bandas de «música avanzada» como ELP (Emerson, Lake & Palmer), Yes, la Mahavishnu Orchestra, etc. Como tampoco Argentina aseguraba una mínima estabilidad sociopolítica y económica -también por culpa de los mismos elementos de caqui-, Psiglo se vio obligado a radicarse de nuevo en Montevideo. A finales de ese año ya estaban en su Teatro Solís presentando su nuevo repertorio. Después de una pequeña gira llegó la inevitable encrucijada de una posible diáspora.

Psiglo decidió dar el salto a España y lo hizo con su última formación, la compuesta por César Rechac, Rubén Melogno, Charlie Oviedo, Hermes Calabria y Jorge García Banegas. Gonzalo Farrugia prefirió volverse a Argentina, donde formó el grupo Crucis para más adelante emigrar a México y Estados Unidos. Al llegar a la «madre patria» se encontraron con un panorama musical dominado por los baladistas y un público con pocas ganas de escuchar música elaborada y profunda como la suya.  Su única actuación fue con motivo de la Exposición Internacional del Campo, celebrada en la Casa de Campo y en el stand de Uruguay (algo similar al mini-concierto de Scorpions en la Exposición Universal de Sevilla en el año 1992). La decepción fue grande, pero había que buscarse la vida y el grupo se diversificó en un «búscate la vida» a la espera de mejores oportunidades.

Hermes Calabria se unió al conjunto de acompañamiento de Paloma San Basilio, con la que completó varias giras, antes de dar un giro de 360º y entrar en la nueva banda de los hermanos De Castro: Barón Rojo. Banegas también supo encontrar una formación en la que dar rienda suelta a su creatividad instrumental, nada menos que Asfalto. La relación entre los Psiglo «españoles» nunca se perdió, en buena medida porque Melogno y Hermes inauguraron juntos la primera academia de música en España especializada en Rock: el mítico Rockservatorio. Mientras esto sucedía, Rechac diversificó sus intereses como músico profesional.

Muchos años después, Jorge Banegas grabó en 1991 en su estudio el disco «Siglo Ibérico», el reencuentro de los tres músicos de Psiglo que radicaron en Madrid: César Rechac, Rubén Melogno y el propio Banegas. En este autohomenaje colaboraron el batería Gonzalo Farrugia -por entonces en Tijuana (México)-, y un Luis Cesio que debido a distintas circunstancias finalmente no pudo aportar su guitarra desde Montevideo. Farrugia mandó su demo del tema «Contradicción» en una versión que había grabado con un grupo mexicano. Fuera de la nómina Psiglo hay que mencionar la participación de Fernando Luna y Marisa Muñoz en dos de los temas, además de Pepe Brother al bajo. De los coros se ocuparon las ubicuas y siempre eficientes hermanas Vicky y Luisi Estévez, tiempo más tarde reconvertidas en Las Supremas de Móstoles.

El álbum no llegó a editarse en su día, pero para la historia del Rock español lo más llama la atención es «Tenías razón», una canción con letra de Jorge García Banegas. Se trata de la misma composición que los Asfalto de la época de Miguel Oñate grabarían para «Más que una intención». También se incluye el tema «Como oso sin madroño», que aparecería en el disco del Rockservatorio. En esta toma es Hermes Calabria quien toca la batería.

Este material vio la luz durante la primera década del siglo XXI en una edición privada de Cocodrilo Records, a la que encabezó un significativo Psiglo III. Al disco de 1991 se sumaron dos pistas, ambas procedentes de sendas grabaciones en cassette. La primera recogía una actuación de quince minutos en directo, con el tema inédito «Ella es mía al fin», que se tocó en el Teatro Macció de San José (Uruguay) el 20 de septiembre de 1974. Hay un extenso solo de batería de Farruggia y la participación de un  coro femenino compuesto por Ianara, Clara y Cristina García Banegas “Cris”, hermana de Jorge García Banegas y por entonces organista y directora de coros.

La segunda es un documento histórico en toda regla, con una recopilación efectuada por García Banegas de anuncios de radio y televisión de comienzos de la década de los 70, que incluía reseñas de conciertos, bailes y listas de éxitos en los que Psiglo siempre aparecía en los puestos más altos. También se puede escuchar una versión de ‘Evilways’, de Carlos Santana, en la que de forma excepcional suenan las voces de Banegas y Rechac.

Leo Cebrián Sanz

Imagen de portada: Facebook Jorge García Banegas. De izquierda a derecha, los músicos de Psiglo que llegaron a España y otros compatriotas llegados a nuestro país para probar suerte: César Rechac, Charlie Oviedo, Hermes Calabria, Banegas y Rubén Melogno.