Cualquier grupo que haga una versión de Parabellum -«La locura» en este caso- tiene nuestro máximo respeto. Y he aquí una que demuestra haber aprendido bien las lecciones de maestros como los citados u otros posteriores como Marea, Extremoduro o incluso los cada vez más reivindicados Despistaos. Las influencias internacionales son menos claras, y casi diríamos que imperceptibles.

La Pesadilla de Freud es una banda nacida a finales de 2014 en La Rioja, a medio camino de las localidades de San Asensio, Haro y la burgalesa Miranda de Ebro. Sus componentes son Héctor Jorrín «Tocayo» (voz), Javier Rojas «Chicho» (guitarra), Héctor Salazar «Moche» (guitarra y coros), Víctor Ceular «Ceu» (bajo y coros) y Jesús Rioja «Chus» (batería).

El germen de La Pesadilla hay que buscarlo en A Mano Cambiada, formación en la que ya compartían escenario «Chicho», «Moche», «Ceu» y «Chus». Tras diez años de trayectoria, decidieron mutar a una segunda experiencia común, esta vez junto a «Tocay», con currículo previo en la banda de versiones «Pandero y Tú» -dedicada a Platero y Tú-, Koktel31 e Inquilinos. Apenas cuatro meses después ya entraron en el estudio para inmortalizar sus primeras creaciones.

El álbum de debut del quinteto se publicó en 2015 y responde al título de «Despierta». Consta de diez canciones: «No tiembles» y «Mil demonios» (ambas con videoclip promocional), «Otra oportunidad», «A beber», «Princesa», «Olvida la realidad», «Destruir su mundo», «Ayer», «Derrota», «Mil demonios»  y «Sureña ardiente». En él han colaborado compañeros de Koktel31, Callahan o Creadores de la Memoria.

La música de La Pesadilla de Freud es positiva y revitalizante, con una lectura propia del Rock Urbano y el Rock Poético, muy en la línea de lo que se practica en esa parte del país, que geo-musicalmente traza una ruta imaginaria que nace en los Tako aragoneses, descansa en sus paisanos Silencio Absoluto y que en un momento dado hasta podría terminar en los vascos Leize, aun cuando éstos sean mucho más metaleros. Esa manera ruda y directa de encarar este tipo de Rock, siempre muy de piel, justifica que sea el Norte el polo que mejor funciona para el guitarreo melódico, la voz rota y los coros «al punto». Serán los bares de sus cascos históricos, serán…

Leo Cebrián Sanz