María Rolando, intérprete de gran prestigio en el género, aporta su opinión sobre el debate de los últimos días: «Músicos profesionales mal pagados o hobby remunerado».


 

Nuestro colaborador en Castilla-La Mancha, José Ramón Nieto «Kema púas», ha querido dar una vuelta de tuerca a la controversia de las declaraciones de Sherpa (ex bajista de Barón Rojo) en torno al espinoso tema de la profesionalidad de los músicos en directo. Para aportar algo de interés y novedad al debate, ha buscado a una personalidad de la música sin relación directa con el Rock, para que aporte su punto de vista y enriquezca el contraste de pareceres.

María Rolando, como se la conoce artísticamente, es una cantante lírica como tantas que conocemos y forman parte de bandas con voz femenina al frente. Muchos de nuestros grupos tienen ya sopranos, mezzosopranos o tenores en sus filas, por no hablar de la infinidad de fusiones del Metal con la música de las orquestas clásicas. Dos culturas que van de la mano, tanto en este país como en el extranjero.

Para quienes no la conozcan, esta profesora de canto e intérprete lírica estudió en el Conservatorio de Albacete, donde se inició en el estudio del canto de la mano de María de los Llanos Pérez; posteriormente se trasladó a Madrid para estudiar con profesores tan prestigiosos como Nuria Llópiz, Ángeles Chamorro o Suso Mariategui, entre otros. Sus excelentes calificaciones y una mención de honor facilitaron su elección como representante de España en el Certamen Cervantino que se celebra en el estado mexicano de Guanajuato. Posteriormente realizó una extensa gira junto al tenor Rodolfo Albero; lo hizo en compañía de la Camerata Lírica de España, de la cual es además fundadora.

María Rolando ha compartido cartelera al lado de prestigiosos cantantes del género como Josefina Arregui, Pedro Lavirgen, Guillermo Orozco, Sergio de Salas o Jesús Quilez. En su currículo de puesta en escena figuran títulos clásicos como ‘Cossi fan tutte’, ‘La Bohème’, «La flauta mágica», «La del manojo de rosas», «Bohemios», «Agua, azucarillos y aguardiente», etc. También ha interpretado obras de su amigo y célebre compositor albaceteño Fernando Lázaro.

Ha grabado más de 70 discos de música religiosa, navideña e infantil con la editorial San Pablo de Madrid, además de participar como alumna activa en numerosos cursos de perfeccionamiento de técnica vocal, impartidos por Helmup Lips, Jaime Aragall, Esperanza Melguizo, Manuela Soto y Edelmiro Arnaltes, además de una Masterclass acreditada por la Universidad Carlos III de Madrid. Rolando ha ganado asimismo varios premios como intérprete y compositora. Actualmente es profesora de canto y como tal ha desarrollado su labor en los conservatorios de Córdoba, Villarrubia, Jaén y Almería.

Valga este extenso historial profesional para valorar en su justa medida el criterio de quien se ha puesto delante del ordenador para exponer su valioso punto de vista sobre el ya famoso texto de Sherpa. Avisamos que el artículo de María también tiene su «aquel» y seguro que suscita más de una reacción visceral. En cualquier caso, bienvenida sea su aportación al gran debate de los últimos días en el Rock español.

«Hola a todos/as.

En primer lugar quiero dar las gracias a Los Mejores Rock, Jon Marín y José Ramón Nieto «Kema púas» por darme la oportunidad de poder transmitir mi opinión ante un tema que se puede extender a cualquier género musical, ya que hablamos de músicos profesionales.

En este caso ha sido Sherpa quien ha levantado la liebre ante un tema un poco escabroso. Aunque vengo del mundo de la lírica, me gustan muchos grupos de Metal y Rock sinfónico, los cuales descubrí en su día, quedándome impresionada por los pedazos de músicos que tenemos en este estilo. Con respecto al comentario del señor Sherpa, quiero decir que estoy totalmente de acuerdo con él y me explico.

No es lo mismo tener la música como hobby que como profesión. Hay muchas personas que tienen sus respetables trabajos y que se dedican a la música en sus ratos de ocio, cuando pueden y les apetece. Disfrutan con ello y se lo pasan bien (me parece genial). Como no tienen nada que ganar, tampoco tienen nada que perder. Es entonces cuando se pierde el sentido del ridículo… y eso es una falta de respeto hacia el publico que te tiene que ver. Los hobbies son para divertirse, no para vivir de ellos. Para eso existen los karaokes. ¿Y encima queréis cobrar por ello? ¡Pues vaya morro!

Yo empecé en este mundillo como aficionada, al igual que otros muchos. Cantaba en el coro parroquial, en la coral polifónica, en los coros y danzas y en alguna que otra orquesta de mi pueblo, Alcázar de San Juan. Pero yo no cobraba por ello. Cantaba gratis en conciertos benéficos, fiestas de mi pueblo para los amigos, etc. Y es más. Tenía que poner dinero de mi bolsillo para comprar mi vestuario y el material que pudiera necesitar. ¡Era mi hobby! Pero no tenía una formación musical y sabía leer una partitura (era analfabeta musicalmente).

Aprender a leer música nos ayuda a poder montar las obras en mucho menos tiempo, a respetarlas como se han escrito y a personalizarlas porque no las aprendemos por imitación. Y una buena técnica vocal -trabajando siempre al lado de un buen profesor-, nos ayudará a tener los recursos vocales necesarios para poner en voz, de forma bella y magistral, todos los sentimientos que alberga nuestro espíritu y nuestro corazón y que antes habíamos escuchado en  grandes intérpretes, y que aunque nosotros queríamos… ¡no podíamos!

Y eso puede pasar por dos cosas: porque el repertorio no es el adecuado o porque no sabemos usar bien nuestro instrumento, ya que tenemos un gran desconocimiento sobre él. El instrumento vocal se compone de tres partes: el aparato respiratorio, el aparato fonador y el aparato resonador. Desde un principio hay que aprender a manejarlo debidamente, si se quiere ahorrarle serios daños y escapar al peligro de perderlo prematuramente.

 

Al igual que otros muchos, yo amaba tanto la música y sentía tanto respeto por mi público, que sentí la necesidad de formarme vocal y musicalmente porque quería darles lo mejor de mí y hacer de la música mi medio de vida y única profesión. Lo dejé todo e invertí lo que tenía y lo  que no tenía para poder vivir de ello. Y lógicamente, como en cualquier otro negocio, me podía haber salido mal o bien.

Mi hobby fue el trampolín que me ayudó a descubrirme a mí misma y a dar el salto para convertirme en lo que quería ser. Pero entonces descubrí que muchos grandes profesionales, tanto de la música como de otras artes escénicas, aun teniendo carrera y buenas aptitudes -unos famosos hoy y otros no, ya que ser famoso no es sinónimo de ser el mejor-, habían tenido la suerte de encontrarse con un buen mecenas que costeara su carrera o un buen manager que apostara por ellos y los ayudara a proyectarse a un más alto nivel.

Pues aun así, muchos las hemos pasado canutas y nos hemos llevado muchos palos para abrirnos camino en este mundo de las artes escénicas. Incluso muchos compañeros -excelentes maestros en su profesión-, han tenido que abandonar sus carreras porque nos encontramos con un gran obstáculo a la hora de luchar por nuestro pan. La competencia desleal de algunos aficionados (y no los culpo a ellos, sino a los malos gestores que hay en los convenios y asociaciones culturales).

Pero esto sólo pasa en este país. Aquí todo vale. Y mucha culpa de esta incultura musical la tienen los medios de comunicación, que llegan a las grandes masas y que prefieren hacer de la cultura algo populachero y barato para acercarlo al pueblo. Señores…, ¿no sería mejor culturizar al pueblo que popularizar la cultura? Y estas palabras no son mías. Es una reflexión que en su día hizo el gran maestro Alfredo Kraus. Nos queda mucho camino por andar para igualarnos culturalmente, y en este caso musicalmente, a otros países de Europa.

Señores músicos: cantar o tocar un instrumento mejor o mal sabemos todos, pero hacer música con él requiere de una disciplina y un entrenamiento constante, y no todos tienen aptitudes o paciencia suficiente para conseguirlo. Pero el cantante, al poseer un instrumento orgánico como es la voz, si quiere ser un buen profesional y no perderlo antes de tiempo, debe aprender una buena técnica de canto. Al contrario que otros instrumentos como la guitarra, batería o piano… si lo tratamos mal y lo rompemos…, ya no podremos comprarnos otro; ellos, sin embargo, sí.

El alma para transmitir sentimientos a través de la música (el arte, como llaman algunos), se tiene o no se tiene porque eso es un don, pero la técnica se puede aprender en la escuela. Un verdadero artista es la fusión de ambas cosas, ya que si se careciera de una de ellas siempre estaría incompleto, siempre le faltaría algo.

Por lo tanto, señor Sherpa, no se retracte en nada de lo que ha dicho porque nadie ha tenido el valor de decir públicamente una verdad tan grande. Me uno a su buen hacer para luchar por lo que es justo. El aficionado que quiera competir en trabajo y salario con un verdadero profesional…, que dedique parte de su tiempo y salario para formarse. Después llegará el momento de demostrar sus aptitudes. Será entonces cuando el hobby deje de serlo para convertirse en una gran responsabilidad; ya no será tan divertido, sino que se convertirá en algo muy serio porque tendrá que sacrificar muchas cosas que le gustan y dedicar horas diarias si quiere ser un buen profesional.

De lo contrario…, seguid disfrutando de vuestra afición, pasadlo bien y no esperéis nada más. Si acaso, y también me parece justo, una gratificación económica que voluntariamente os quieran dar, para sufragar los gastos de transporte o el bocata que os podáis comer. Y de ahí también surge un problema, del cual los aficionados no tienen la culpa, y es que las asociaciones, convenios culturales y ayuntamientos de este país son tan rácanos y están tan poco instruidos en el tema cultural… que no saben distinguir a unos de otros y no escogen al mejor -que seguramente vale más que lo que piden-. Y se conforman con los cuatro aficionados del pueblo que lo hacen gratis o con el que menos les va a cobrar.

Si no se valora y gratifica justamente el trabajo de los profesionales…, ¿para qué se van a esforzar en aprender? ¡Así va España, amigos míos! Al final, muchos grandes intérpretes que podían vivir de su profesión se ven obligados a tocar por cuatro duros y a buscar un trabajo adicional para pagar sus facturas, sus impuestos y poder comer. Este es el motivo por el que muchos de nuestros mejores músicos e intérpretes tienen que abandonar el país cuando acaban sus carreras. Para tener un buen futuro y una buena proyección musical. Porque aquí cualquiera vale y no saben ver la calidad.

Y como siempre, los más perjudicados en el gremio musical somos los líricos, los rockeros y los flamencos académicos. Como son los estilos más difíciles de imitar, los grandes medios de comunicación populares nos acribillan con Pop y música latina barata, donde la voz sale distorsionada y disfrazada por un aparatito, y la música puede ejecutarse con un sólo dedo porque ya viene pregrabada y enlatada.

¡Vaya engaño para el inocente e ignorante público y vaya estafa! Y aquí también tienen mucha culpa algunas productoras y discográficas, que ven a los intérpretes como un producto con el que ganar dinero, y les da igual que se quemen o se agoten vocalmente, porque cuando no les sirvan, pondrán a otros en su lugar. Les interesa que la gran masa popular siga siendo ignorante, porque así es más fácil venderles sus productos y poderlos estafar.  Por eso, amigos míos, es tan importante prepararse, estudiar y no dejar nunca de aprender. Y es que el conocimiento no se puede comprar.

Señores dirigentes de las redes de teatros nacionales e internacionales, convenios culturales y diputaciones. Sean más selectivos y exigentes a la hora de elegir a sus artistas y apuesten siempre por los más preparados y más profesionales. Es la única forma de acertar siempre y la mejor manera de culturizar al  pueblo.

Más lírica de la buena -aquí también hay mucho aficionado que no representa bien este género-. Más Rock sinfónico y Metal del bueno -también hay muchos que no representan bien este género-. Y más flamenco académico del bueno. Si algún día se fusionaran los tres con buenos profesionales bien adiestrados en el uso de sus instrumentos -en ellos incluyo la voz-… ¡la íbamos a liar buena! Aclarado esto, y desde mi humilde opinión, ¡no tengo más que dar al señor Sherpa la enhorabuena por su artículo y ofrecerle mi apoyo y solidaridad!

Un cordial saludo para mis amigos rockeros y no dejéis nunca de aprender, cuidaros mucho y luchad por vuestro sueño. Y no olvidéis que ser un triunfador no es ser rico y famoso, sino el que se pone una meta y por muchas adversidades que se encuentre, lucha por llegar a ella».

Gracias a María Rolando por su testimonio y a José Ramón Nieto «Kema púas» por gestionar su aportación.