Che Sudaka es uno de esos grupos que conforman la primera división del plurinacional sonido del mestizaje catalán. La formación se caracteriza por el origen múltiple de sus componentes, que unen sus distintas sensibilidades para recorrer el mundo de punta a punta. Sus heterodoxas composiciones garantizan diversión a públicos de lo más diverso, desde los más proclives a la algarabía a aquellos otros a los que les cuesta quitarse el frío de encima y reaccionar con pasión. El directo es su terreno natural y lo dominan a conciencia, desplegando todos los recursos habituales de este estilo tan vitalista a la par que concienciado.

Estos latinomericanos que pararon su camino en Barcelona acaban de publicar su nuevo disco, «Almas Rebeldes», editado por Cavernícola Records. Lo reseñamos porque nos caen muy bien y nos impresiona lo bien recibidos que son en los festivales, donde su dosis de «buen rollo» y amor por lo étnico nos entretiene entre batalla y batalla en escenarios más rockeros. Son el Plan B cuando falla la presencia de La Pegatina, pero perfectamente podrían ser el A.

El cuarteto puede sonar al mestizaje de los años noventa (Hechos Contra el Decoro) o a los Mano Negra de Manu Chao, su invitado en «La risa bonita», uno de los temas del último repertorio. Tampoco andan lejos los ecos sociales de Rubén Blades, el Reggae Punk de los argentinos Todos Tus Muertos o el registro más ecléctico de Los Fabulosos Cádillacs.

Che Sudaka no esconde sus orígenes e influencias y por eso la lista de amigos con los que colabora en su nuevo disco es amplia y diversa, como amplio y diverso es el panorama de artistas que han hecho de la nueva música de raíz su razón de ser: Amparo Sánchez, Bnegao, Capricornio Man -de los mexicanos El Gran Silencio-, Garu Greu, Hugo Lobo + Aldo Medina Caballero, Dr. Ring Ding y Jupiter & The Okweiss Yacine Belahcene. Gustavo Duch aporta sus «Reflexiones» habladas como decimoquinta pista.

Leo Cebrián Sanz