Con el cansancio propio de un ciclo de conciertos de cuatro días, los «leyenderos» y las «leyenderas» se entregaron con buen ánimo a las emociones del último día. En el escenario dedicado a Azucena, nuestra reina del Metal femenino, el público contempló un buen concierto de Turilli/Lione Rhapsody, lo que nos lleva a reflexionar sobre la existencia paralela de dos formaciones con un mismo origen. Considerando que en el Rock Fest fue Rhapsody of Fire la versión beneficiada por la contratación, nunca está de más pedir a los músicos un poco de respeto hacia el público, que a buen seguro preferiría que en este estilo no se dieran fenómenos como los de Boney M o The Platters. Este mismo jueves tocaron en el Mark Reale los Venom Inc. de la facción disidente y/o extraoficial, con idéntica sensación de que, en ambos casos, «uno mejor que dos» -y no como habitualmente se formula-.
En cuanto a las tablas del escenario Jesús de la Rosa, pocas concesiones a quienes sólo gustan de un estilo. Wig Wam son una banda noruega que todavía hoy se mueve por el continente con el aval de haber quedado en la novena posición del festival de Eurovision en su edición de 2005. Antes o después la nación nórdica tendrá que ganar el certamen con una de sus propuestas duras como ya hizo Finlandia con Lordi, pero mientras tanto disfrutemos del vistoso Glam Metal de estos vecinos de condado de Østfold.
Tras ellos cogió el testigo una banda de su vecino país, Ensiferum, que oscurecieron el color de sus previos con un Folk Metal siempre combativo y dramático, propio de esos bosques de árboles interminables que tanto inspiran a los músicos de esa parte de Europa.
Overkill no se lo piensan tanto a la hora de transmitir sus mensajes, ya que en los norteamericanos de prima la diversión y el Thrash Metal de la vieja escuela. La banda de Bobby ‘Blitz’ ya conocía Villena de una actuación anterior en 2017, pero esta vez ganaron una mejor posición y horario en el cartel. Aquel día el despliegue de luces y efectos se lo llevó Megadeth y esta vez el honor correspondió a Epica, que desplegaron un show que merece que incluyamos la palabra en inglés por su espectacularidad y efectismo visual.
El reverso de tanto alarde fue la íntima comparecencia de los suizos Cellar Darling sobre las tablas de la Plaza Mayor de la localidad. El hermanamiento del Folk Metal de los músicos salientes de Eluveitie con sus amigos españoles de Lándevir se concretó en una deliciosa sesión de música en directo compartida al mediodía de esta jornada de despedida. Ya en eléctrico puro, los helvéticos ofrecerían en el tercer escenario una hora de música entre las doce y media y una y media de la madrugada, siendo oficialmente el último colectivo de canciones originales antes de las versiones de Motörhits.