Kirk Hammett, guitarrista de Metallica, ha recordado sus primeros contactos con su actual banda cuando él todavía era miembro de Exodus:

“Recuerdo que el cantante de Exodus, Paul Baloff, que era un maníaco absoluto de Metallica, entró a la sala de ensayo diciendo: ‘Metallica, ¡qué heavies!, ¡son tan heavies! Yo pensé que vaya nombre tan bueno tenía ese grupo: ‘¡Metallica, es el mejor nombre que he escuchado para una banda de Metal!’. Y Paul comentó que esa noche tocaban en The Stone y que teníamos que ir a verlos. Fuimos y, de verdad, había sólo quince personas. Me recuerdo pensando: ‘¡vaya, estos tíos son bastante buenos!’; y sin embargo, solamente quince personas…”

Continúa diciendo Kirk: «Unos meses después nos contrataron para tocar en un cartel que llamaban ‘Metal Monday’, en el Old Waldorf, porque éramos colegas de la banda principal, Laaz Rockit. Entre unos y otros tocaba Metallica y pensamos que tocar con ellos era algo genial. Habría unas cien personas en el club mientras tocábamos Exodus y, de repente, se llenó. No sé de dónde vino la gente pero se llenó. Acabaron Metallica, salió Laaz Rockit y se volvió a vaciar, quedaron como treinta personas. Más tarde nos llamaron para otro cartel en el que sólo estábamos Metallica y nosotros. Conocí a los músicos en el camerino, el del Mabuhay Gardens, que más que un camerino decente, era como un pasillo, un pequeño callejón. Y ese fue mi primer contacto. Lo más divertido es que, pasados los años, nos preguntaron a los actuales Metallica cuál había sido nuestro primer contacto. Yo conté esta historia y tanto Lars (Ulrich) como James (Hetfield) contestaron lo mismo: ‘¿En serio?, ¡no me acuerdo!´”

Kirk Hammett fue miembro de la formación original de Exodus antes de reemplazar a Dave Mustaine en Metallica en 1983.

A Hammett se le ocurrió el nombre de ‘Exodus’ para dicho grupo y reconoció que su salida a Metallica le sentó fatal a los que habían sido sus compañeros hasta ese momento: «Era el 1 de abril (el día de los inocentes en EE. UU.) y estaba sentado en el váter cuando recibí una llamada de Mark Whitaker [ingeniero de sonido de Metallica]. Después de colgar no me lo podía creer. ‘¿Será una broma del día de los inocentes?’, pensé. Un par de días después recibí una cinta de ellos, pero yo ya tenía la demo y sabía tocar como dos tercios de los temas. Cuando se lo dije a los chicos de Exodus, se enfadaron. Se cabrearon tanto que Paul Baloff me tiró una cerveza por la cabeza mientras me decía: ‘¡No puedo creer que estés haciendo esto, Kirk!´”