Morcuende: Una trilogía ambiciosa, sin etiquetas, para oídos abiertos

José Luis Rodríguez Morcuende es uno de esos “Leonardo da Vinci contemporáneos” a los que debemos prestarles más atención. Es un artista completo que escribe prosa y poesía, letras para canciones, que las compone, arregla y graba, que toca su bajo o guitarra acústica, que canta… Habrá que saber si le queda tiempo libre para pintar o esculpir.

Cuando a muchos se les había olvidado su paso por una de las mejores y más clásicas formaciones del Rock español -Ñu-, nos sorprendió con unas excelentes obras de su grupo Isthar, actuando además en importantes escenarios como el del festival Leyendas del Rock.

En estos recientes años, mientras solucionaba los típicos problemas de ajustes y cambios de formación en Isthar, se ha lanzado a producir un proyecto muy ambicioso, más personal y amplio en cuanto estilos musicales bajo el sencillo nombre de Morcuende. De este modo, hoy tenemos tres discos excelentes hechos para gente de oídos amplios en cuanto a géneros. La trilogía se enmarca bajo el título “Tres caras de la misma moneda” y su primera entrega se tituló igual y salió en 2015; la segunda (“La vida en blanco y negro”) vio la luz en 2017, y el más reciente es “La ineficacia de lo intangible”.

Para que os quede todo más claro, reproducimos del Facebook oficial de Morcuende su presentación propia:

Morcuende es un proyecto paralelo a Isthar, nacido con la intención de exteriorizar otras opciones musicales que viven en mi cabeza, dentro de mi postura generalizada de no poner límites (etiquetas) a la música.

La única condición es que lo que haya, sea suficientemente bueno y sincero (según mi criterio).

Todo en música es posible.

En la trilogía hay distintos ambientes musicales que emanan una cierta tranquilidad, con arreglos clásicos como punto de unión y con algunos momentos un tanto paranoicos.

Pero la particularidad de este proyecto es que, aparte de la música tan imprescindible para mi vida, hay algo más, igual de necesario, como son las cosas que escribo en forma de relato, cuento, poesía… y que me dan la posibilidad de descargar todo lo que pasa por mi mente, desde lo más profundo y trascendente hasta la más grande de las tonterías, la mayor simpleza.

Aquí tampoco hay etiquetas; todo depende de cómo venga el día.