Muchos años antes de que el festival Sonorama hiciera de la localidad un punto de referencia para la música de todo el país, la ciudad burgalesa de Aranda de Duero ya era conocida por su activa escena rockera. Buena prueba de ello es la reedición de la discografía completa de una banda como Nosferatu, una de las formaciones más combativas de esta zona de Castilla y León.

El grupo, que luchaba contra los prejuicios de una provincia muy conservadora, continuaba la senda de pioneros locales previos como Ciclón o Milagro. Ambas formaciones ya habían limpiado desde su capital la imagen de conservadora que ésta arrastraba, a raíz de titulares de prensa como el infame «Que viene la cochambre» con el que sus periodistas más reaccionarios «recibieron» el histórico festival de 1975 celebrado en su plaza de toros. La cosa es que Aranda respiraba rock, con nombres como los de Heinkel/Urano, Hiroshima o Metralla animando una escena que Nosferatu ayudaron a actualizar con su Heavy-Rock de la segunda mitad de los años 80.

El quinteto cambió varias veces de cantante, pero conservó la esencia de una banda guitarrera y dura, con letras en castellano que reflejaban su realidad inmediata, como «Nacido para el Rock», «Chicos del barrio bajo» o «P.A.S. Bardenas Rock», todo un manifiesto en contra de la instalación del polígono de las Bardenas Reales en Navarra. Nosferatu participaron en la I Muestra  Pop Rock «Villa de Aranda» de 1989, lo que les facilitó la grabación en los estudios Duplimatic de Madrid de un par de temas. El ingeniero Félix Arribas, batería de Los Pekenikes, fue quien monitorizó la sesión. «Llévame a la cima » y una primera versión de «Nunca nos rendiremos» fueron su avanzadilla frente a la mesa de mezclas y ambas pistas cierran este CD.

El grupo compitió en varios certámenes, siempre con recompensa absoluta o parcial, mientras se pateaban su comarca y algún territorio cercano como la provincia de Soria en todo tipo de locales o eventos patrocinados, festivales y, en definitiva, cualquier oportunidad de crecer como colectivo musical. Telonearon a grandes nombres de la música comercial del momento, pero su gran oportunidad no terminaba de llegar. Siempre por delante de sus limitaciones logísticas, en 1994 los músicos de Nosferatu optaron por grabar un repertorio de diez canciones en los prestigiosos estudios M-20 de la factoría del sello discográfico Avispa.

Aquellas composiciones englobadas bajo el título de «Nunca Nos Rendiremos» ven la luz en formato digital en 2018, tras haberlo hecho… ¡¡en cassette!! en 1996. Ni ya entonces era tiempo de un formato que pronto pasaría a la marginalidad ni tampoco el público participaba tanto de su Heavy-Rock con toques melódicos e incluso progresivos, por lo que el final de Nosferatu fue un proceso natural de abandono.

El compacto ha sido editado por los sellos Héroes de Culto y Metal Letal, con una tirada limitada de 100 copias. Su libreto de 16 páginas incluye una extensa biografía en castellano e inglés, así como recortes de prensa, imágenes de archivo y una completa documentación gráfica de su trayectoria.

Leo Cebrián Sanz