Conocimos la noticia esta misma mañana, pero hemos querido esperar a la confirmación de Juan Carlos Ramos, el gran experto nacional en Extremoduro desde su canal de YouTube «Extremoduro en Plasencia» para dar la noticia del deceso de Carlos «El Sucio», uno de los músicos más destacados en la historia del grupo extremeño. Fue el bajista de la banda de Robe Iniesta entre 1990 y 1993, figurando su nombre en los créditos de los discos «Somos unos Animales» y «Deltoya». Algunas fuentes citan su entrada en el grupo a finales de 1989, con el objetivo de liberar a «Salo» del bajo y que éste se encarga desde entonces de la guitarra solista, permitiendo así a Robe un papel más centrado en la interpretación vocal.

Carlos Jiménez González -Carlos «El Sucio»- era también «Carlitos Melodías», un músico con dilatado pasado en la llamada «movida madrileña», en la que había participado como integrante de alguna formación menor. Toda su historia está perfectamente resumida en el amplio reportaje que el citado canal dedicó hace apenas unas semanas al músico, al que por cierto consiguieron entrevistar en rigurosa exclusiva. La salud de Carlos no era buena, pero nada apuntaba a este abrupto final, que se produjo en la noche del sábado al domingo del pasado fin de semana.

Natural de la barcelonesa localidad de Martorell, sus primeros pasos artísticos los dio junto a Klamm, el gran grupo experimental de la Cataluña más vanguardista de finales de los años 70 y comienzos de los años 80. Bet, bajista de Gàrgola, y una de las personas vinculadas al colectivo, recibía así la noticia del fallecimiento de su antiguo compañero musical: «Osties! Que día tan triste hoy con los que se han ido… Ahora me acabo de enterar también de la muerte de Carlos Jiménez, alias, «Rojillo», ‘Charly Melody’ o «Carlos el Sucio»… ¡Pobre chico! Qué mal… Hace apenas una semana hablábamos de él viendo el documental sobre su etapa madrileña y Extremoduro. Y el jueves pasado Moose tuvo una larga conversación con él sobre sus nuevos proyectos musicales. Se le veía sano y animado, terminando su último álbum y con muchos proyectos futuros. Nada predijo algo como esto. No encontré ninguna noticia al respecto en los medios, pero a pesar del hecho de que no molesta, debe ser cierto. QEPD Carlos…, ¡buen viaje! !!Tuviste una buena vida musical!!» (traducción del catalán).

En Madrid Carlos fue componente del grupo new romantic Galería de Arte, además de ejercer de manager, productor, jefe de promoción en prensa y hasta director de su propio sello independiente: Melodías de Ayer y de Hoy. También hizo sus pinitos con la música Jazz y más concretamente con el Blues en un trío compartido con su hermano Ángel y Germán Vilella, batería fundamental en la historia del Rock español, principalmente por su etapa junto a Los Rodríguez. El fichaje de Carlos por Extremoduro se gestó gracias a la recomendación de la oficina de contratación del manager Javier Gálvez. Poco tardó el bajista en marcharse a vivir a Plasencia junto a Robe y su familia.

Las conexiones con la industria independiente de «El Sucio» facilitaron la entrada de Extremoduro en el sello Pasión, que estaba a cargo del capo Paco Martín tras su etapa en DRO. Con esta etqueta se publicó «Somos unos Animales». Por su parte, «Charlie» y «El Soso», los dos responsables del fichaje de Extremoduro por Discos Radiactivos Organizados, también eran amigos del músico.

Carlos conocía a muchos de los más relevantes cantantes e instrumentistas que `pululaban por la noche madrileña y fue gracias a su intervención por lo que Ariel Rot puso su guitarra en el tema «Volando solo», del disco «Deltoya». Parte de los músicos que colaboran en el álbum salieron de la agenda personal de «El Sucio»: Salvador Domínguez, Ángel Altolaguirre… e incluso Andrés Calamaro.

Tras su salida de Extremoduro, Carlos volvió a grabar junto a su propia banda Karlos El Sucio y los Esperando Juicio. Con ella editó tres discos -uno homónimo de debut, «Estudio Directo» (Degüello Records, 1997) y «Madrid Ya No Me Mata» (Deguello Records, 1999)-, editados de forma independiente desde la localidad guipuzcoana de Mondragón.

Foto 2021: «Extremoduro en Plasencia».

Leo Cebrián Sanz