Pocas bandas hay en España con una estética tan agresiva y violenta como la de Omission. ‘Worship What You Fear’ es su último álbum y les vuelve a presentar sin renuncia alguna a su habitual estilo extremo, que ellos definen en el propio disco como ‘Satanic Speed Ritual’. En esta fiesta oscura han participado los sellos Lullabye, Metal Crusaders, Satanicspeed Records y Witchcraft Records. Su Thrash Metal es primitivo, rudo, veloz y con elementos de ramas cercanas como el Death y el Black.

El disco lo ha producido Ángel Muñoz «Choco», quien además lo ha mezclado y masterizado junto a Gonzalo Vivero en los estudios Traste Cero entre septiembre y noviembre del año de la pandemia. Los arreglos han sido cosa de la marca Omission, Daviti y Álex. La coproducción la firma Omission en su conjunto y «Patillas» es la mente enferma que ha desarrollado todos los conceptos vomitados en cada una de estas lúgubres a inquietantes historias. Ana Martínez ha plasmado esas pesadillas en el diseño de la portada y el libreto, con un interesante trabajo de conceptualización que hay que valorar en su justa medida. De hecho, las imágenes que ilustran las letras parecen secuencias de cualquier largometraje del director de culto Jess Franco, con esa mezcla de morbo y erotismo tan irresistible para las mentes que disfrutan con la transgresión y el morbo.

«Patillas» canta y toca todas las guitarras (‘stormvocals and hellish guitars’), mientras que Juan pulsa el bajo (‘violent thrasher bass guitar’) y como invitados figuran Goab (voz en ‘Obliteration proselitism’), Daviti (batería o ‘battery’), Miguelón (la guitarra-guía de ‘Blue water’) y Pizarro, de Roar, a los coros compartidos con «Patillas».

Entre la intro instrumental ‘Somber is retaliation’ y la outro ‘Obliteration…’ se desarrolla un aquelarre, ritual satánico o ceremonia irreverente de nueve pistas a cual más aberrada. La ilustración de una mesa negra por parte de un ilustrador invitado es buena prueba de su intencionalidad, La contraportada del CD lo avisa desde el principio: ‘Now they’ll learn why they fear the night…’ («Ahora aprenderán por qué temen a la noche»). De obligada escucha en una habitación oscura con un licor estimulante en la copa de balón y una reflexión sobre su sentencia final: ‘Our greatest virtue is at the same time our greatest scourge’ («Nuestra mejor virtud es al mismo tiempo nuestro peor azote»). ¿Quieren más? Tomen nota: ‘Fear is the only enemy… godforsaken whore’ («El miedo es el único enemigo… puta abandonada por Dios»).

Me ha sorprendido muy favorablemente su versión de ‘Blue water’, original de los británicos Fields of The Nephilim. Imposible no recordar que los también conocidos como Nephilim fueron ese grupo del siniestrismo de los años 80 y 90 que las pasó canutas en Barajas, cuando la policía aduanera confundió los polvos blancos de su maquillaje con una cocaína de extraordinaria finura.

Leo Cebrián Sanz