No, no es que precisamente esté perdido, sino que se trata tan sólo -como más adelante veremos- de una alusión en modo irónico a uno de sus libros publicados, para muchos el más conocido: “Perdida en los 80”. Pedro Martínez Avellán, en adelante Pedro Gardner, nació en Alicante el 11 de enero de 1990. Como lugar de residencia le tenemos censado en sus inicios en el barrio de la Florida de Alicante, a escasos cinco minutos de la Ciudad de la Luz, que precisamente en estos días vuelve a retomar la actividad cinematográfica desde que cerró el pasado 2013. Aunque de hecho, nuestro artista vive más a caballo entre Madrid y la capital alicantina.

Como buen seguidor de la banda de Hard Rock Vixen, Pedro adoptó el seudónimo de la música y compositora Janet Patricia Gardner -más conocida por Janet Gardner-, cantante de la citada banda. Provisto de una libreta, Pedro empezó a escribir su primer libro a la edad de tan sólo ocho años, para posteriormente dar paso al inicio de sus estudios de interpretación en la capital del reino. Dentro del rockerío patrio, nuestro escritor viene a ocupar un espacio entre músicos y bandas de alta relevancia.

Hablamos de un rockero que, por su actividad artística en el mundo del cine, la televisión y la publicidad, lleva la mano «cornuta» por escenarios de la vida poco habituales para nuestra forma de vida. Hablamos de un polivalente nato, que va exprimiendo el tiempo para que su actividad profesional no pare: desde escribir y corregir textos a su trabajo como maquetador y diseñador gráfico. No es difícil encontrarse con él en algún concierto o garito tomándose una cerveza. Incluso deleitándonos con vídeos de bandas en uno de esos locales donde muchos/as solemos coincidir algún fin de semana, con una selección de clips que muchas veces nos hace volar a un pasado idílico que nunca volverá. Y es que otra de esos ocupaciones que tiene Pedro es la de disc-jockey.

Su figura pública no ha estado exenta de ser también protagonista de alguna sonada polémica. Fue concretamente el caso de un programa de citas, cuyos guionistas le ofrecieron unas condiciones que luego no se cumplieron. Como luego se demostró, Pedro acudió decidido a la grabación hace un tiempo, cuando tenía 26 años, para una supuesta cena con una persona afín. Sin embargo, el escritor fue engañado en parte por la productora. De la experiencia salieron ciertos comentarios por parte del joven Pedro, quien después de su paso por el susodicho espacio televisivo lanzó algunos tuits a través de red social Twitter. En ellos denunciaba la censura que acababa de vivir por llevar la camiseta de su libro “Perdida en los 80”. Dentro de su malestar, Pedro animaba a la gente a no creerse nada de lo emitido.

Cuéntame cómo pasó, señor Gardner

Aquella formación en el mundo de la interpretación -más enfocada al teatro y más adelante aprovechada con esmero en el séptimo arte-, le ha servido y sirve aún para compartir plató con un amplio elenco de grandes actores de nuestro cine. Valga como ejemplo la archiconocida serie “Cuéntame cómo pasó”, en la que nuestro rockero multitarea se codea con actores y actrices de la talla de Imanol Arias, Ana Duato, María Galiana y una amplia lista de nombres propios que son profesionales de la interpretación.

En la serie “Madres”, emitida en Amazon y Telecinco, Pedro también ha sido parte activa en todas las temporadas. Su aportación más estable corresponde a las temporadas segunda, tercera y quinta, la que se acaba de estrenar. Pedro Gardner ha pasado por diferentes looks, ya que cuando se grabaron los primeros capítulos en 2019 este auxiliar de enfermería llevaba el pelo corto. Dos años después, su pelo es largo y así es como le vemos en las grabaciones más recientes.

“El último traje”, “Las chicas del cable”, “La casa de papel”, “Física o química”, “El reencuentro”, “Servir y proteger” son títulos de series y largometrajes en los que Gardner colabora o ha interpretado algún cameo entre los años 2018 y 2020. En lo que a apariciones en cortometrajes se refiere, son unas cuantas referencias las que se atribuyen a nuestro protagonista. Sirvan estos ejemplos como demostración de su paso por el metraje más corto. Su aportación a este mundo tiene los títulos de “Bonita”, “Hoy va a llover” y “El niño”.

Las gafas de Pedro Almodóvar y José Mota

“Dolor y gloria”, del prestigioso director de cine Pedro Almodóvar, ha servido aún más a nuestro escritor para darse a conocer en el mundo del cine. En la citada cinta es fácil reconocer a un Gardner en mitad de la película, sentado en un teatro con pelo largo, barba y ciertas pintas de “alternativo”.

En su momento, las gafas oscuras que el director manchego lució en la gala de los Goya generaron comentarios fuera de lugar a través de Internet. Se tachó a Almodóvar de prepotente y demás adjetivos poco favorables hacia su persona, al llevar siempre sus gafas en recintos cerrados. Aunque el propio Almodóvar dio explicaciones en su momento, nuestro protagonista lo vivió de primera mano.

Fue precisamente en el rodaje de este largometraje que estamos comentando cuando, después de estar rodando todo el día dentro de un teatro, Pedro pudo presenciar cómo sobre las ocho de la tarde el realizador se puso esas gafas de sol. En efecto, las famosas gafas de sol que tanto han dado de que hablar entre el público en general, que parece dar más importancia a la protección ocular de este señor que al análisis de su trayectoria como uno de nuestros directores más internacionales. Es España -qué le vamos a hacer-, y más cuando nuestro actor más rockero confirma por sí mismo el problema visual que Almodóvar lleva sufriendo desde hace años.

Los especiales de Nochevieja del cómico José Mota también han sido testigos del paso de este rockero por televisión. Papeles de político, periodista o la parodia del Mota son algunos de los personajes a los que ha tenido que responder con las aptitudes dramáticas adquiridas con el tiempo. Su continua dedicación a lo audiovisual pasa también por sus trabajos en publicidad -como el de la marca Energy System-, que mezcla con pequeños papeles en “Cuarto Milenio” o apariciones en programas como “El hormiguero” o “La Sexta Noche”. También se le puede ver en dos vídeos de los alicantinos Cain’s Dinasty titulados ‘Miss Terror’ y ‘Darkness call’.

De ”Hipócrita” a “Perdido” en una deuda externa

«Su bienestar se ensalza en su máximo esplendor, cuando se hace cargo de las riendas de un texto que, con imaginación y esmero, surca entre folios blancos ese desliz de una pluma cargada de pasajes repletos e incombustibles frases y palabras. Para acabar en un libro, propio de un escritor inquieto y humano. De esa manera, a lo largo del tiempo, nos está dejando suculentos títulos como “Hipocresía” (Ediciones Dreamin)».

Nos metemos en la piel de Izan, un actor muy poco conocido, que tiene la oportunidad de trabajar con un director de cine de alto nivel. Su salto a la fama le lleva a ver la cara real de la sociedad, la hipocresía de la misma. En este caso no está de más añadir a modo de información para los lectores/as la cantidad de guiños a nuestra música que contiene esta publicación de tapa dura. Sirvan varios ejemplos para poder justificar estas palabras, como los títulos sobre canciones de La Fuga o Gatillazo, que se mezclan con citas referentes a las cervezas del madrileño bar Vkaos. A la postre, 202 páginas cómodas de leer y entender.

“Perdida en los 80”: sin duda y a nuestro entender, un libro de culto. En la actualidad ya va por la séptima edición. El Hard Rock de los años 80, como banda sonora en la clandestinidad. Janet, la protagonista de este libro, se despierta repentinamente en ese tiempo «ochentero» que siempre quiso vivir. La obra tiene una secuela titulada “Perdida en California”.

Los comienzos de su camino editorial fueron un poco duros y se derivaron de la apropiación indebida de la explotación comercial del libro. Sin contrato alguno, la asturiana Ediciones Camelot puso a la venta sus dos libros: “Perdida/do en los 80”. Nuestro escritor tuvo que tomar las acciones legales pertinentes hasta llegar a solucionar el problema. Si es que, en este país, es lo que tenemos.

Incluso ahora mismo, escasas fechas antes de la publicación de este artículo, saltó a la discusión mediática en las redes sociales de Gardner el aspaviento de una lectora y seguidora de este escritor, quien hacía alusión a un pasaje concreto de la novela (texto real): «Hola, Pedro. No quiero que se me pase hacerte el siguiente comentario sobre tu libro. No quiero que te siente mal. La novela está resultando bastante simpática, pero en el capítulo 10 a las chicas les haces hacer algo bastante fuerte. ¿Cómo se te ocurre que hagan eso unas chicas menores de edad? Y encima alentadas por su propio padre. ¿Te das cuenta? Lo del kétchup, aparte de ser una guarrería, puede llegar a ser una perversión. ¿No te parece? Creo no estar exagerando, espero que me entiendas. Un saludo”.

Esta persona se refiere al capítulo en el que Janet y Roxy están borrachas. Chupan el kétchup y se dan un morreo con Mario, que está al otro lado del teléfono. La respuesta fue inmediata por parte de nuestro protagonista, quien se quedó un poco sorprendido. Siempre desde el respeto, Pedro hizo una pequeña alusión irónica a modo de comentario, dando a entender que esta mujer se perdió en los 60 más que en los 80. Si no te has leído el libro, he aquí un acercamiento a la esencia de la novela, que es lo que he querido visibilizar al transcribir esta puntualización. Por supuesto, lo hacemos desde el mas profundo de los respetos, ya que valoramos y entendemos la anécdota con el exclusivo ánimo de captar el fondo de un texto ambientado en la década de los 80.

“Perdido en los 80”: jóvenes rebeldes viven la represión en una España futurista, pero el descubrimiento por parte de uno de ellos de cómo viajar a través del tiempo les cambia la vida. Un libro cuya banda sonora viene de la mano de los alicantinos Leviatán.

Hablamos de una canción de título “Katharsis”, con la que cualquiera que viviera aquella época ochentera se sentirá muy identificado. Inspirada en el otro libro, pero en femenino, nos encontramos con alusiones a bandas como Barón Rojo, Obús o Banzai, y un estribillo pegadizo que dice: “Y desperté perdido en los 80 y nunca más regresaré”.

“La deuda eterna”: la primera parte de toda una saga. Fantasía y aventuras se mezclan con conceptos como la justicia, la libertad y la igualdad, desarrollados en 55 capítulos repartidos en 507 páginas. La historia parte de un joven llamado Max, a quien le cambia la vida al saber que pertenece a los Vernes. Fue reescrita y relanzada en 2019 y se dividió entonces en dos partes, destinadas a un público más adulto: “La deuda eterna: más allá de la realidad” -editada en enero de 2019- y “La deuda eterna: la gran búsqueda” -lanzada en junio del mismo año-.

La actualidad de Pedro: “Devastación” y “Perdida en los 70”

Si todo va bien, Pedro Gardner lanzará dos nuevos libros. Según su estimacion de fechas, será a finales de este año en curso. El primero se titulará “Devastación” y se dirige a lectores y lectoras de paladares exquisitos, ya que la trama se adentra en la historia de un rockero que es llamado desde un mundo oculto y misterioso. El protagonista combate a cuerpo descubierto todos esos males de la sociedad en la que vivimos con un único propósito: derrotar a “Devastación”, que es la responsable de una pandemia mundial que avanza sin control, y que al héroe de la historia le ha privado de su único sueño: salir de gira por todo lo alto con su grupo.

El otro título que verá la luz en unos meses lleva por nombre “Perdida en los 70”. Se trata de toda una crónica del Rock en la época del franquismo, aunque paradójicamente la historia comienza en 2056, cuando viajar en el tiempo es una realidad que todo el mundo quiere aprovechar para conocer otras épocas y hacer turismo en diferentes décadas del siglo XX.

Sólo hay que aceptar una condición única e intransferible para la experiencia: que bajo ningún concepto se puede alterar el transcurso de la historia, la música y menos aún las tribus urbanas. Las protagonistas de esta trama, que vuelven a ser Janet y Roxy, tienen que regresar a esa España gris de la época como responsables de unos acontecimientos acontecidos en su presente, pero que fueron modificados en el año 1973.

Por alguna extraña razón, nunca conseguirán volver a su momento. Su talento musical y los conocimientos históricos, políticos y culturales cobrarán cierta relevancia al ser un arma con la que camuflarse entre músicos de la década. Llegarán a formar una banda de Rock, meterse de lleno en una gira y grabar maquetas, pero todo ello desde la vigilancia de una dictadura franquista que jugará en su contra.

Hasta aquí os he adentrado en la obra y para algunos refrescado la memoria de uno de nuestros escritores más rockeros. En sus publicaciones el Rock siempre es protagonista de alguna manera, con nuestra música de banda sonora.

José Ramon Nieto “Kema Púas”
“Escuchar música te hace ser mejor persona y te limpia el alma. Si es Rock, mejor”.