Phoenix Rising tiene nuevo disco: “Acta est fabula”. Nuestro compañero Leo Cebrián definió perfectamente al grupo y al CD con un titular y su correspondiente subtítulo: “Phoenix Rising”, la máquina del tiempo en clave de power metal. El quinteto madrileño del municipio de Alcorcón convierte en conceptual su nuevo álbum, ‘Acta est fabula’, con el objetivo de recorrer la historia de la humanidad mediante un mismo hilo argumental”.

Frente a nosotros están Miguel González (cantante y guitarrista) y Cristian Rodríguez (bajista), quienes en principio nos desenredan la madeja de la historia del grupo desde sus primerísimos pasos:


por Jon Marin


Tengo entendido que vuestros primeros pasos fueron como Quinta Enmienda, allá por el año 2007.

Cristian: -Realmente no hay una fecha fija en la que la banda se estableciese como tal. Miguel empezó tocando en una banda de amigos haciendo covers casi sin saber tocar, años atrás al 2007. Pero quizá fue en ese año cuando las cosas empezaron a ir un poco más en serio y lo tomamos como año de la fundación del grupo. Creo que, como ahora, había de todo, buenos y malos momentos, discusiones acerca de cómo había que hacer las cosas, mucha ilusión y menos conocimientos y madurez, obviamente. Cuando tuvimos una formación consolidada, llegamos a tocar en un concierto tributo a Javier Gálvez…

-¡Qué gran profesional y mejor persona!; descanse en paz. Perdona, continúa, pero es que tuve una buena relación con el conocido e histórico representante…

-Sí, pues tocamos en un concierto tributo a Javier Gálvez, como decía, con bandas como Saratoga y Medina Azahara, teniendo nosotros sólo un sencillo, y al año siguiente tocamos en el festival Sonisphere compartiendo cartel con bandas como Rammstein o Megadeth, entre muchas otras. Así que empezamos a lo grande, se podría decir… al menos así lo vivimos nosotros. Aquellos primeros pasos nos dieron un poco a conocer siendo sólo unos chavales, lo que después dio paso a la salida de nuestro primer álbum, “Ne bis in idem”, un álbum que, pese a que tenía buenas ideas, gozaba de un cierto desparrame musical y escasez de conocimientos tanto musicales como, en el ámbito profesional, de un estudio de grabación. Como anécdota, hay algunos seguidores que a día de hoy recuerdan aquella época como la mejor y califican aquel álbum como nuestro mejor trabajo, cosa que, por un lado, hace ilusión, pero por otro, no sabemos cómo tomárnoslo a veces, ja, ja…

¿Sí podemos decir que como Phoenix Rising partís en 2012? ¿A qué se debió el cambio de nombre?

Miguel: -Aquello fue provocado por el fichaje de la banda por un sello alemán llamado Sonic Attack. Pese a que le gustaba nuestra apuesta en castellano, quería expandir nuestros horizontes a Europa y países no hispanohablantes. Entonces nos sugirieron cambiar el impronunciable (hace el gesto de las comillas) nombre de Quinta Enmienda, para los anglosajones, por algo más internacional. Aunque al principio fue algo difícil, decidimos hacerlo y grabamos un álbum en castellano e inglés: “MMXII”, un doble disco conceptual que hablaba sobre el apocalipsis basándose en las famosas profecías mayas que vaticinaban el fin del mundo. Fue un proyecto ambicioso para gente joven como lo éramos nosotros pero que cada vez adquiría más tablas y que quería comerse los escenarios.

Y para acabar con las denominaciones, ¿por qué os pusisteis el ‘apellido’ Fire & Ashes?

C: -Había otro proyecto musical, creo ya extinguido, con el mismo nombre y, antes de la salida del disco, el sello nos recomendó diferenciarnos con algún tipo de detalle para no tener problemas. Nunca los hemos tenido, así que años después decidimos que podíamos prescindir de él cuando rompimos con el sello.

Llegamos a 2014 y a vuestro tercer disco, “Versus”. Habladme de él.

M: -Inicialmente también iba a ser grabado bajo el amparo del sello y lo hicimos con muchas prisas porque nos exigían unas fechas y cumplir unos plazos. Este disco, en el que ya contábamos con algo más de madurez y experiencia, fue autoproducido y grabado también en ambos idiomas, pero rompimos con el sello antes de su salida y decidimos sacarlo autofinanciado, sólo en castellano y metiendo algunas de las canciones que habíamos grabado en inglés como bonus tracks. Goza de un buen número de horas en un home studio compaginado con un estudio de grabación, puesto que aquella ruptura supuso un esfuerzo extra para nosotros y teníamos un escaso presupuesto. Los años previos fueron difíciles y nuestras arcas habían quedado quebradas a causa de un mánager que nos prometía el oro y el moro, y sólo nos vendió mentiras. De hecho, nuestro single de ese álbum, llamado “Phoenix”, habla de aquello, siendo una canción a modo de venganza, la cual no pudimos satisfacer de ninguna otra manera.

Y aterrizamos en el actual trabajo discográfico, “Acta est fabula”. ¿Cómo os gusta presentarlo a los futuros seguidores del grupo?

C:Como un trabajo épico y glorioso. Hemos tratado de que “Acta est fabula” fuese nuestro trabajo más ambicioso hasta la fecha. Guitarras demoledoras, una batería trepidante y corales y orquestaciones grandilocuentes y cinematográficas. Todo esto envuelto en una épica historia conceptual que narra el fantástico viaje de un caminante espacio-temporal que recorrerá la realidad para salvar a la humanidad de su final tratando de enmendar sus errores históricos.

-¡Sí, señor, sin complejos!

¿Cómo fue el proceso de composición, mucho tiempo? ¿Cómo trabajáis en esta parcela?

M: -Sí, claro que lleva su tiempo. No tenemos un patrón fijo que apliquemos en todas las composiciones, cada uno de nosotros tiene su método. A veces alguno trae una canción completa de casa y le aplicamos algún arreglo, y otras elaboramos o complementamos los temas de otro a través de un riff, melodía o secuencia de acordes previamente expuestos a la banda.

C: -Después les metemos letra y, durante ese proceso, puede nacer la idea de hacer un disco conceptual o no.

¿La grabación y producción de “Acta est fabula” cómo se desarrolló?

M: -Cuando decidimos que era hora de ponerse de nuevo en marcha, decidimos también que había que renovar la maquinaria del Phoenix y resurgir después de algunos años algo accidentados, ya que por problemas laborales y personales estuvimos un tiempo de barbecho, aunque nunca dejamos de tocar. Por ello, nos pusimos en contacto con los prestigiosos estudios New Life, quienes creíamos que darían un empujón y aportarían un nuevo enfoque en nuestra música.

C: -Pero nuestros años de descanso hicieron mella y tuvimos que renovar la formación, ya que el batería se marchó antes de la grabación y, aunque lo pudimos sustituir rápidamente, también se marchó el bajista justo a mitad de la grabación del disco. Los temas ya estaban compuestos y, aunque contábamos con mucha ilusión y unos grandes profesionales a nuestras espaldas, esto no hizo más que retrasar la salida del disco, el cual tendría que haber salido mucho antes.

M: -La grabación fue un proceso nuevo para nosotros, la forma de funcionar era totalmente distinta a lo que conocíamos de discos anteriores y, aunque fue algo duro, confiábamos en que el resultado sería muy bueno. Nos vino bien darnos de bruces con un nuevo modo de trabajar. Y el trabajo y la producción por parte de José Garrido y Daniel Sabugal de New Life fue más que productiva y enriquecedora.

C: -Como ves, aunque muy accidentado, no podemos estar más contentos con el resultado y, aunque en otras circunstancias, bajo el influjo de una pandemia mundial, quizá hubiéramos esperado a sacar un nuevo disco, ya no podíamos esperar ni hacer esperar más a un público quizá ya algo cansado de, eso, esperar nuevo material.

(Continuará)