Ayer viernes 2 de noviembre tuvo lugar en Sevilla un emocionado tributo a Jesús de la Rosa, el gran vocalista y líder de Triana fallecido ahora hace 35 años. El homenaje consistió fundamentalmente en el descubrimiento de una placa en la casa del cantante, situada en el número 147 de la calle Feria.

Al acontecimiento acompañó por la tarde un concierto de Zaguán, la única banda autorizada oficialmente para tocar los temas del trío por parte de su único superviviente, Eduardo Rodríguez Rodway, que asistió a todos los actos previstos. La actuación tuvo lugar en la Alameda de Hércules, un entorno emblemático de la ciudad que ya apareciera en la película «Todo es de color», que los hermanos García-Pelayo realizaron hace un par de años como recuerdo rendido a la música de Triana.

La iniciativa ha sido responsabilidad de propio hermano de Jesús, Manuel de la Rosa, que ha colaborado en la programación de las actividades con las hijas del recordado músico, especialmente Cristina. El hijo y la sobrina de Jesús de la Rosa estuvieron presentes junto a Manuel, como refrendo del beneplácito de la familia a una jornada que resultó intensa y emotiva. Los actos paralelos en torno al homenaje central incluyeron dos sesiones de Rock andaluz a cargo del DJ Ismael González y una mesa coloquio organizada por Radiópolis con figuras relevantes de la época en que Triana triunfó en las listas de éxitos.

El momento más entrañable del día se produjo cuando decenas de admiradores del legado de Jesús de la Rosa rompieron a cantar espontáneamente a los sones de «Señor Troncoso», una de las más bellas composiciones del mayor emblema del Rock sevillano. La placa conmemorativa es obra del artista Álvaro Flores Rojas y fue inaugurada con el apoyo directo del propio alcalde de la ciudad hispalense, Juan Espadas, que leyó unas sencillas pero sentidas palabras para honrar la memoria del creador.

Leo Cebrián Sanz