Por desgracia, no existen en la industria discográfica española unos reconocimientos similares a los Goya cinematográficos, con los que celebrar una gran gala que otorgue visibilidad mediática a las propuestas de los músicos españoles. En el pasado hubo algunos intentos vinculados a la Sociedad General de Autores, que en el colmo de la vulgaridad decidió bautizar sus galardones como Premios de la Música… así, sin más. La SGAE no acertó con el nombre ni con la planificación de los mismos, ya que eran las grandes compañías las que copaban los trofeos a los mejores.

También la cadena 40 Principales trató en erigirse en el gran juez de lo que merecía o no una recompensa pública y crítica, pero su propia endogamia ha convertido la gala de sus premios en algo muy similar a un espectáculo televisivo con un guión impostado y presentadores sobreactuados, invitados que nada tienen que ver con la música y un largo historial de despropósitos.

Tiempo después llegaron los Premios MIN de la Música Independiente, cuyo novena y última edición tuvo lugar hace sólo unos días. La entidad responsable de su concesión es la Unión Fonográfica Independiente (UFI), en la que se agrupan casi setenta sellos discográficos y distribuidoras. La ausencia de otra referencia de este tipo ha hecho que los MIN vayan ganando notoriedad año tras año, hasta el punto de estar convirtiéndose ya en la fiesta por antonomasia de los grupos y solistas que hacen Pop y Rock en España. En efecto, Pop y Rock, porque los premios MIN ejercen sobre buena parte del resto de los estilos y géneros un veto vergonzoso impropio de una sociedad culturalmente variopinta.

A las pruebas nos remitimos. He aquí el listado de categorías y vencedores en la convocatoria más reciente: Premio Flooxer al Mejor Álbum del Año (Triángulo de Amor Bizarro), Mejor Álbum de Pop (The New Raemon & McEnroe), Premio Gibson al Mejor Álbum de Rock (Triángulo de Amor Bizarro), Mejor Álbum de Hip Hop y Músicas Urbanas (Kase.O), Mejor Grabación de Electrónica (El Guincho), Mejor Álbum de Músicas del Mundo (Anaut), Mejor Álbum de Jazz (Zenet), Mejor Álbum de Flamenco (Jorge Pardo), Mejor Álbum de Música Clásica (Natalia Ensemble), Premio Radio 3 al Mejor Artista (Triángulo de Amor Bizarro), Premio Fundación SGAE a la Canción del Año (Viva Suecia)…

Un respiro y seguimos con la lista: Premio Altafonte al Mejor Artista Emergente (Gata Cattana), Mejor Álbum en Catalán (Joan Colomo), Premio Etxepare al Mejor Álbum en Euskera (Niña Coyote eta Chico Tornado), Mejor Álbum en Gallego (Eladio y los Seres Queridos), Premio Ticketea al Mejor Directo (Belako), Premio Sol Música al Mejor Videoclip (Las Bistecs), Premio SAE Institute a la Mejor Producción (Triángulo de Amor Bizarro), Mejor Diseño Gráfico (La Habitación Roja), Mejor Fotografía Promocional (Kase.O) y Premio Spotify al Mejor Artista Internacional (Nick Cave & The Bad Seeds).

Visto el palmarés, cabe sugerir a la UFI que cambie el nombre de los Premios por cualquier otro que no abarque el engañoso apelativo de Música Independiente. Resulta bochornoso comprobar cómo en pleno 2017 las élites culturales y de la crítica musical española marginan a creadores y público del Rock Urbano, el Hard Rock, el Heavy Metal, el Punk, el Hardcore, el Rocktizaje y todas las variantes posibles de las canciones que basan sus fundamentos en las guitarras eléctricas, las bases combativas y las letras con compromiso personal y libertad de opinión. La ausencia de estas y otras categorías anula por completo la validez de estos premios, que a la postre resultan exclusivistas y snobs. Para los MIN no existen Saratoga, Dunedain, Guadaña, La Raíz, Lágrimas de Sangre, Riot Propaganda, Gatillazo o Lendakaris Muertos.

La inclusión de músicas como el Jazz, el Flamenco o la Clásica resulta modélica e inusual, por lo que bienvenidas sean a la consideración de la actualidad artística más vinculada al consumo cultural juvenil. Podríamos suponer que esta amplitud de miras responde a una visión abierta y desinteresada, pero mucho nos tememos que la UFI no puede evitar distinguir entre las que consideran músicas dignas y las que condenan como músicas indignas. El apoyo de Radio 3, uno de los dos medios oficiales de los Premios MIN, convierte a la emisora pública en cómplice de este ninguneo, que no responde a la realidad de los locales de ensayo ni a la demanda de quienes acuden a las salas de conciertos.

En Los Mejores Rock hemos escrito de Niña Coyote eta Chico Tornado… y también de los vascos Gatibu, que actuaron en directo en el Teatro Nuevo Apolo junto a otras propuestas interesantes. Estaría muy bien que los gurús y presciptores de la industria y los medios de la cultura acomodaticia tomaran nota de lo divertido y sano que resulta saltarse los límites de vez en cuando… Cabeceras digitales como Jot Down, Playground, Vice o incluso El Español ya lo están haciendo. ¿A qué esperan los gentrificadores del barrio de Lavapiés?

Leo Cebrián Sanz